26 may 2015

El origen común de la sonrisa, la risa y el llanto


Michael Graziano es profesor de Psicología y Neurociencia en la Universidad de Princeton y ha estudiado cosas tan variadas como la conciencia o la forma en que codificamos el espacio alrededor de nuestra persona. En esta entrada voy a resumir un artículo suyo muy interesante en la revista Aeon en el que plantea un origen común para la risa, la sonrisa y el llanto basándose precisamente en sus estudios sobre la zona de seguridad que todos los animales tenemos alrededor de nuestro cuerpo. Es una hipótesis atrevida pero original y como parte del tema de cómo monitorizamos nuestro espacio personal vamos a empezar por ahí.

Graziano ha estudiado en el laboratorio cómo monitoriza el cerebro la zona de seguridad alrededor de nuestro cuerpo y cómo controla acciones como encogerse, agacharse o cerrar los ojos para protegernos de un impacto. Su equipo estudiaba la actividad de determinadas neuronas de ciertas zonas cerebrales y observaron que una neurona típica se activaba cuando un objeto se dirigía, por ejemplo, a la mejilla izquierda. La misma neurona respondía a un roce en la mejilla izquierda o a un sonido realizado cerca de ella. Cuando hacían estudios en la oscuridad, esa misma neurona se activaba enormemente si la cabeza se dirigía hacia la localización recordada de un objeto. Es decir, la neurona estaba avisando al resto del cerebro de que iba a ocurrir una colisión en lugar determinado del cuerpo.

Otras neuronas registran la actividad de otras zonas del cuerpo de manera que sería como si toda la piel estuviera cubierta de burbujas invisibles, cada una monitorizada por una neurona. Algunas de las burbujas son pequeñas y alcanzan sólo unos centímetros pero otras son más largas y alcanzan metros. De forma colectiva, todas ellas crean una zona de seguridad virtual, como una especie de burbuja grande alrededor de nuestro cuerpo.

Pero estas neuronas hacen más que monitorizar: alimentan una serie de reflejos. Cuando se activan dirigen el movimiento del cuerpo para alejarlo de los objetos cercanos. Si estimulaban estas neuronas eléctricamente el resultado era un completo movimiento defensivo. Si estimulaban un conjunto de neuronas que controlan la mejilla izquierda un montón de cosas ocurrían inmediatamente. Los ojos se cerraban. La piel alrededor del ojo izquierdo se frunce. El labio superior se eleva causando arrugas para proteger los ojos desde abajo. La cabeza se agacha y encoge girándose hacia la derecha. El torso se encoge y la mano izquierda se eleva como para bloquear la amenaza. Toda esta secuencia es rápida, refleja y automática. Se trata de un mecanismo básico sin el que no podríamos matar un insecto que tuviéramos en la piel, agacharnos para evitar un impacto o pasar por una puerta sin pegarnos en el hombro.


Pero había una cosa que les llamaba mucho la atención a los investigadores y es que estos mecanismos defensivos se parecían mucho al conjunto de señales sociales humanas. Cuando le soplas aire en un ojo a un mono su expresión se parece mucho, por ejemplo,  a la de una sonrisa humana. ¿Por qué la risa tiene componentes de una reacción defensiva?

Ahora vamos a hablar de ello, pero hay que decir que el equipo de Graziani no fue el primero en establecer una relación entre movimientos defensivos y conducta social. Un pionero en este campo fue  Heini Hediger , director del zoo de Zurich en los años 50 del siglo pasado, que estaba fascinado por la forma en que los animales gestionaban el espacio a su alrededor. Una cebra, por ejemplo, no corre siempre que ve un león sino que parece proyectar un perímetro invisible a su alrededor. Si el león está fuera de ese perímetro no se preocupa en absoluto de él. Pero si el león se mete en ese perímetro entonces, como que no quiere la cosa, la cebra se moverá para restablecer la distancia, y si el león se acerca mucho entonces sí que correrá. Y también mantienen una distancia respecto a otras cebras dependiendo de las circunstancias.

También en los años 60 el psicólogo Edward Hall adaptó esta idea a la conducta humana. Hall señaló que cada persona tiene una zona de seguridad de unos dos o tres pies de ancho que es más abultada en la cabeza y más estrecha en los pies. Esta zona no es fija sino que aumenta si estás nervioso y disminuye si estás relajado. Tampoco es igual en todas las culturas, siendo más pequeña en Japón y más grande en Australia, de manera que si juntas a un japonés con un australiano empezarán un baile en el que el japonés se acerca al australiano y este se separa y vuelta a empezar. De esta manera, la zona de seguridad provee un espacio invisible donde se enmarcan las interacciones sociales.

Bien, hasta aquí lo fácil, vamos a complicar ahora las cosas. ¿Qué tiene que ver la sonrisa, por ejemplo, con los perímetros de defensa? ¿Por qué enseñar los dientes como señal de amistad?  ¿Por qué hacerlo como señal de sumisión? ¿No comunican los dientes agresión? Los etólogos están de acuerdo en que equivalentes a la sonrisa son apreciables en primates. Tienen un gesto llamado “enseñar en silencio los dientes desnudos” con el que comunican la no-agresión. Algunos plantean que evolucionó del gesto contrario, una preparación para el ataque. Pero Graziano piensa que centrándose en los dientes se pierden el conjunto ya que la sonrisa implica todo el cuerpo. Vamos a ver la versión de Graziani de cómo apareció la sonrisa.


Imaginemos dos monos, A y B. El mono B se acerca al espacio personal del mono A. ¿Qué ocurre? Las neuronas que controlan las burbujas de su cuerpo se activan y disparan una clásica reacción defensiva. El mono A parpadea, protegiendo sus ojos, su labio se eleva, esto expone sus dientes, pero sólo como un efecto secundario, para proteger los ojos. Las orejas se pliegan hacia atrás, para protegerse. La cabeza se esconde entre los hombros, para proteger el cuello y la yugular. El torso se curva para proteger el abdomen. Dependiendo de la dirección de la amenaza, los brazos pueden cruzarse protegiendo el torso o la cara. En conjunto, una reacción defensiva que protege las partes vulnerables del organismo.

El mono B puede aprender un montón observando la reacción del mono A: si éste le tiene miedo, si le considera superior, etc. Así el mono B aprende dónde se encuentra socialmente respecto al mono A. Esto pone en marcha un escenario para que la señal social evolucione, la selección natural favorecería a los monos que sepan leer el lenguaje corporal de sus congéneres y ajusten su conducta en consecuencia. Pero si el mono B obtiene información de los movimientos del mono A la evolución favorecerá que el mono A aprenda a manipular sus movimientos corporales y su conducta para influenciar al mono B. Es decir, la evolución favorecería a los monos que sepan “interpretar” una reacción defensiva y convenzan a los demás de que nos son peligrosos, por ejemplo. Así que ya tenemos el origen de la sonrisa: una imitación breve de una respuesta defensiva.

Vamos ahora con la risa, que es muy variada. Reímos por muchas cosas: un chiste inteligente, una historia sorprendente, cuando alguien pisa una piel de plátano y se cae…y cuando nos hacen cosquillas. Según el etólogo Jan van Hoof, los primates tienen algo muy parecido a la risa, abren la boca y hacen unas exhalaciones, sobre todo cuando juegan. La psicóloga Marina Ross ha comparado los ruidos que hacen diferentes especies y ha llegado a la conclusión de que el sonido más parecido a la risa humana es la risa de los bonobos cuando juegan a pelear o se hacen cosquillas. Todo ello sugiere que la risa humana nació del juego y las cosquillas. Pero la gente que ha estudiado la risa se ha centrado, de nuevo, en el sonido y no se han dado cuenta de que la risa implica todo el cuerpo. Veamos la versión de Graziano(otra just-so historia).


Imaginemos dos simios jóvenes que juegan a pelearse. Ya sabemos que el juego es muy importante porque se entrenan habilidades necesarias para la edad adulta. Implica también un riesgo de heridas por lo que tiene que estar finamente regulado. Imaginemos que el simio B vence por un momento al simio A. Vencer quiere decir que penetra sus defensas y hace contacto en una parte vulnerable del cuerpo, pongamos la tripa o la mandíbula. ¿Qué ocurre? Pues una vez más se dispara la reacción defensiva: parpadeo, elevación del labio, agachar la cabeza y hasta emite llamadas de ayuda. La intensidad de la reacción depende de lo lejos que haya llegado el ataque. Igual que comentábamos para el caso de la sonrisa, es importante que el simio B sepa leer los movimientos del simio A y aprender así lo que es un buen movimiento para una lucha futura, así como saber cuándo tiene que parar el juego para no hacer daño. Podemos pensar en ello como en una señal de touché. Por lo tanto, la evolución favorecería a simios que se sintieron recompensados al conseguir una señal de touché de su oponente. Pero, al igual que comentábamos en el caso de la sonrisa, la evolución favorecería también a los simios que supieran producir una señal de touché cuando necesitaran regular el juego de pelear.

Según esta hipótesis, se produce una dinámica compleja entre el emisor y el receptor de la señal (se le suele llamar una carrera de armamentos) y se acaba convirtiendo en una señal social humana elaborada. Si esta “teoría del touché” es cierta, entonces la risa funciona como una señal de recompensa social. Cada uno de nosotros controla esa recompensa que es una especie de “Lo has hecho muy bien” que les damos a los demás modelando así su conducta. Y, de hecho, usamos la risa de esa manera. Reímos los chistes y la inteligencia como una señal de apoyo y admiración. Cuando reímos un chiste, ¿no es en esencia una señal de touché? “Me pillaste”, quiere decir. Has ganado un punto en esta lucha mental. Me has engañado llevándome por un lado y luego me has dado un golpe desde una dirección inesperada.

Si has leído hasta aquí y te parecen plausibles las dos historias anteriores, la que te voy a contar ahora acerca del llanto y las lágrimas creo que se te va a hacer más cuesta arriba. Volvemos a repetir lo mismo, los intentos anteriores de entender el llanto se han centrado en lo más visible, las lágrimas, pero ya habrás adivinado que Graziano nos va a decir que hay que mirar todo el cuerpo: los labios, los párpados, esconder la  cabeza protegiendo el cuello, el encogimiento de hombros, curvar el torso, etc., una típica reacción defensiva. Pero en el caso del llanto tiene un uso my específico: pedir ayuda. Llora y tu amigo intentará consolarte así que tenemos que estudiar cuándo se consuelan los primates. 


Los primatólogos, ya desde Jane Goodall en los años 60 del siglo pasado, han observado que los chimpancés se reconcilian después de las peleas. Un chimpancé pega a otro y luego le consuela y le toca (o le ofrece sexo si es un bonobo). La ventaja adaptativa de ello es obvia ya que ayuda a mantener las relaciones y obtener los beneficios de la vida social. De acuerdo, pero, ¿de dónde vienen las lágrimas? La respuesta de Graziano es que nuestros ancestros tenían la costumbre de pegarse en la cara y esos golpes, especialmente en la nariz, producen lágrimas. Recientemente se han publicado artículos que apoyan esta idea. David Carrier y Michael Morgan, de la Universidad de Utah, dicen que los huesos de la cara tienen una forma evolucionada para soportar traumas faciales y han propuesto también que los Australopitecos ya eran capaces de cerrar la mano formando un puño, y de usarla para atacar. Así que la razón de que ahora lloremos tiene que ver con la forma en que nuestros ancestros (y los humanos modernos) arreglaban sus diferencias.

Como en los casos anteriores, la evolución habría favorecido a los animales que reaccionaran ayudando y consolando cuando observaran al otro llorar. Pero luego habría aparecido una segunda presión selectiva para manipular la situación y fingir una herida - exagerándola incluso- cuando necesitaran ayuda o consuelo. De manera que la señal (llorar) y la respuesta (una reacción emocional de ayuda y consuelo) evolucionaron en tándem.

Bueno, no sé si te ha convencido esta original hipótesis acerca de la etimología evolucionista de la risa, la sonrisa y el llanto. Desde unos movimientos defensivos se llega a unas señales sociales complejas y la razón es que esos movimientos ofrecen información acerca del estado interno de la persona. Son muy visibles y no se pueden evitar y la evolución favorece a los que pueden leerlos. Pero también favorece a los que pueden fingirlos y manipularlos por lo que tal vez esto explique una cierta ambigüedad en la vida emocional humana: nos movemos siempre entre la autenticidad y la imitación, flotando en una área gris entre la explosión incontrolada y la simulación. 

@pitiklinov

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Retrato íntimo de la neurona del placer

Los artistas japoneses Ayako Kanda y Mayuka Hayashi han realizado una serie de íntimos retratos de parejas en Rayos X
  Los artistas japoneses Ayako Kanda y Mayuka Hayashi han realizado una serie de íntimos retratos de parejas en Rayos X  
El placer, cualquier placer. El del amor, el del sexo, el del sorbo de vino, el del hijo al que amamantas, el de la brisa y el sol, el de la metáfora en un poema, el del gol, el de cantar en la ducha… Elige placer. El que sea, el que quieras repetir. Cualquier placer empieza justo aquí. En esta neurona. Ella se ocupa.
Un equipo de la Universidad Autónoma de Madrid ha reconstruido por primera vez la anatomía individualizada e íntima de las células que forman el circuito neuronal del placer, y así son. Esta pinta tienen.
Cuerpo de una neurona dopaminérgica de la VTA cuyo axón inerva amplios territorios cerebrales. /Departamento de Anatomía, Histología y Neurociencia, UAM.
  Cuerpo de una neurona dopaminérgica de la VTA cuyo axón inerva amplios territorios cerebrales. /Departamento de Anatomía, Histología y Neurociencia, UAM.  
Han sacado a la luz (verde) neuronas del Área Tegmental Ventral (VTA), donde se sabe que comienza lo que los expertos llaman “circuito de recompensa”. Está localizado desde que hicieron un curioso experimento con ratas en los años 50. Les ponían electrodos en distintas áreas cerebrales, y las ratas insistían en darle a la palanca que estimulaba este área. Desde entonces se sabe que si buscas placer en un cerebro, hay que mirar el VTA. Y ocurre algo más con el placer, y es que, cuando lo sentimos (la recompensa), buscamos que se repita.
Se pregunto a Lucía Prensa, una de las responsables del estudio que se a publicado en la revista Frontiers in Neuroanatomy:
--- ¿Cuántas neuronas del placer tenemos?
-“En humanos son unas 100.000 en el Área Tegmental Ventral”.
-”¡Qué pocas!”, exclamo, prensando que un cerebro al uso cuenta con entre 50 y 100 mil millones de neuronas de todo tipo.
Lucía Prensa puntualiza:
-”Son pocas, pero hemos visto que afectan a gran parte del cerebro. Su axón se extiende y ramifica sobre distancias enormes, de decenas de centímetros en el caso del cerebro humano”.
Cada neurona tiene un cuerpo central como el de la imagen, con unas dendritas, que son como las manos que aportan a la neurona la información que llega de fuera. El cuerpo de la neurona procesa la información del exterior, y, a través del axón, contacta con neuronas de otras estructuras del cerebro para generar una sensación final, en este caso, eso, placer.
Si el sistema en el que participan estas neuronas está en baja forma, entonces es cuando el placer se desboca. Es lo que ocurre cuando se consumen drogas de abuso. Las drogas secuestran estas neuronas, que se activan enormemente, y el adicto muere por buscar una y otra vez su recompensa.
También están bajo mínimo en casos de depresión.
Me cuenta Lucía Prensa que el placer hace que animales y personas sientan algo que quieren repetir:
“Se han hecho estudios sobre el amor apasionado, y se ve que hay amores que son adictivos, y que en esos casos se pone en marcha este mecanismo de recompensa: el amor entonces secuestra estas neuronas, y así se explican obsesiones de algunas personas cuando la relación se ha terminado”.
Y así, con esta imagen, podemos verle la cara por primera vez a la neurona del placer. ¡Qué gran papel!

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20 may 2015

La humildad: el eslabón perdido de la comunicación

Humildad no es sinónimo de desvalorización




decían los sabios con experiencia y sin mucho título bajo el brazo.

En el día a día uno ve a todo tipo de profesionales, se ve a los sinceros y honestos, a los apasionados y luchadores también a los que están ahí sin saber muy bien por qué y para qué, y desde ese lugar que quizás ni ellos eligieron se olvidan de uno de los valores más importantes en nuestra profesión: la humildad.

La humildad es el valor para llegar a la razón o sentimientos de ese otro con el que tenemos que lograr una comunión, si es que así entendemos la comunicación.


Se sabe que una palabra dicha con humildad tiene el significado de mil palabras agradables. Si Oscar Wilde viviera seguramente respondería “ser natural es la más difícil de las poses”.


Entiendo que no hay comunicación posible sin comprender al otro primero, para ello antes es preciso descubrir las necesidades latentes para poder responder y cooperar desde ese lugar de conocimiento, desde ese estilo que predispone a uno a hacer lo que es bueno aquí y ahora, sin perder de vista el objetivo final “comprendernos”.


No ponerse en el lugar del otro, ni reparar en escuchar los reclamos porque no se considera importante lo que el otro tiene para decir es un claro caso de mala comunicación donde el eslabón no pudo ser encontrado.


En reiteradas ocasiones escucho que los políticos están alejados del pueblo, que sus discursos ya no seducen y que sus acciones carecen de credibilidad, será que el receptor no encuentra la humildad suficiente para cautivar su interés, me supongo; por tanto, no se trata simplemente de darnos cuenta que, debemos implementar autocríticamente una nueva forma de manejar y observar la comunicación sino, así podemos promover de manera eficaz la humildad en nuestras comunicaciones interpersonales.

Todo el conocimiento que acumulamos durante el proceso de aprendizaje que tenemos como seres curiosos, transmitàmoslo a nuestros semejantes con humildad, porque es la mejor manera de ayudar y entendernos.

Encontremos el eslabón perdido y entonces COMUNIQUEMOS




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Emoji: el Lenguaje de Mayor Crecimiento en la Historia

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  foto: emojimasks.com  

Y según un estudio realizado por TalkTalk y el Profesor de Lingüística de la Universidad de Bangor, Vyv Evans, el crecimiento y uso de los emojis ha sido exponencial: 4 de cada 10 personas ha enviado al menos un mensaje compuesto enteramente con emoji. Además, de los 2000 encuestados (en el Reino Unido), el 72% del grupo de edad de 18 – 25 años confesó encontrar más fácil expresar sus sentimientos a través de los emoji, que a través de palabras.
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El estudio dio también a conocer los más populares emoji utilizados hoy en día. La cara sonriente es la más popular 😀, seguida de la cara llorando de risa 😂, el corazón ❤️, y la cara feliz sonrojada 😊, cerrando el Top 5 el pulgar hacia arriba 👍.
Según Evans, “Emoji es la forma de lenguaje de crecimiento más veloz en la historia, basado en su increíble nivel de adopción y velocidad de evolución. Como un lenguaje visual, el emoji ha eclipsado, de lejos, a los jeroglíficos, su precursor egipcio, que tomó siglos en desarrollarse”.

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18 may 2015

La evolución etílica del hombre

Las edades del hombre (a través del alcohol)



Todo hombre que se precie nace, crece, bebe, se reproduce, sigue bebiendo y al final del cuento, acaba pasando a mejor vida según el consumidor. Ahora les traemos la evolución etílica del hombre. 

Desde los pequeños escarceos en celebraciones familiares hasta las selectas copas de juventud pasando por el gusto reposado de la madurez. Una breve síntesis de las etapas del hombre a través del alcohol. 
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Somos sinceros, las copas forman parte de nuestro día a día incluso antes de nacer cuando a nuestros padres les da por brindar ante nuestra inminente llegada. Cuando somos más jóvenes nos limitamos a esas reuniones familiares donde algún tío al que ves tres veces al año dice ‘sólo para que se moje los labios’. Esa frase ha contribuido a vender más alcohol de lo que harían varias campañas publicitarias. 

Pero no nos quedamos sólo en ese tierno momento donde pones una cara que ronda entre el miedo y el asco cuando das los primeros sorbos. Empiezas a dar vueltas en la cabeza a la gran duda existencial de la adolescencia. ‘¿Pero cómo les puede gustar la cerveza, si es amarga’? 

Años después ya supiste la respuesta por tus propios medios. No será esa la única duda que te surja entre copa y copa, sobre todo en esas grandes bodas donde papá y mamá están dedicándose a los más desenfrenados bailes. Merengue, salsa y algún lento harán que tus progenitores estén muy lejos de ti. Ese es el momento clave en el que tú, cual depredador, te acercarás a las copas de la fiesta. 

En ese primer gran contacto te importa entre cero y nada cuál sea la víctima. Como buen joven cazador lo importante es tantear el terreno y puede caer ron, pisco, whisky, vodka o chela que pondrás la misma cara de estupor. Una cara que compartirás con primos hermanos y otros algo más lejanos, pero lejanos en todos los sentidos. Ese tipo de primos al que también ves sólo tres veces al año. 

De las copas sustraídas pasamos a las primeras fiestas con amigos. Todo se sumerge en un mar de dudas a la hora de cómo comprar la bebida y sobre quién recaerá la tarea. Siempre alguna persona más menudita dirá eso de ‘Que vaya Fulanito que es más alto y aparenta más’. Fulanito siente al mismo tiempo sobre sus hombros la responsabilidad de conseguir el preciado licor pero también el miedo a ser repudiado. Una tarea hercúlea que Fulanito está dispuesto a realizar cueste lo que cueste, generalmente menos de diez dolares. Es que la paga no da para más. 

Y es que cuando llega con la primera botella, las posibilidades de que sea de baja graduación son altísimas, o peor aún, una marca blanca. Claro que a estas alturas, el bolsillo no permite grandes alardes así que cualquier vodka que acabe en ‘off’ o un ron que se autodenomine ‘capitán algo’ servirá para saciar estas primeras experiencias. Experiencias que no suelen salir del todo bien pero que te enseñan una valiosa lección para el futuro: no es oro todo lo que reluce. 

Pero si hablamos de oro, cuando ya empiezas a tener una independencia económica, eso de beber en la calle o bebidas de menos de diez dolares ya no va contigo. Tus salidas a discotecas serias te abren un abanico de posibilidades etílicas ante tus ojos que creías desconocido. Cómo era posible que vivieras aislado de semejante variedad. El lujo te deslumbra y claro, pruebas todo lo que haya por medio. Tampoco discriminas hasta encontrar ‘la bebida’. 

Rones importados, Piscos variados y de mejor calidad, ginebras con más botánicos que un libro de biología o whiskys que podrían ser de tu quinta se convierten en objetos de deseo. El precio, prohibitivo, pero haces un esfuerzo. Compras y bebes demostrando mesura pero poco conocimiento. De vez en cuando cometerás el sacrilegio de mezclar algunas de estas bebidas. Sólo un consejo, si vas a Irlanda o Escocia y mezclas un whisky de calidad procura que nadie te vea. Se considera delito. 

Esta fase de experimentalidad no dura mucho. Sólo hasta que empiezas a ver más anuncios de destilados en prensa o televisión. O viendo a algún famoso promocionarlo. Entonces lo importante no será lo que bebas sino que te vean beberlo. Instagram estará de tu lado guiándote en estos momentos, siempre dispuesto a sacar tu mejor cara, incluso llevando media botella. Una época breve pero intensa de la cual tus redes sociales darán buena cuenta en el futuro. 

Entonces aparentemente, sin comerlo ni beberlo (bueno, beberlo sí, hasta el agua de los floreros), te plantas en los treinta años. La etapa de tu madurez ha llegado y sabes lo que no quieres. Lo sabes pero a veces lo pides, es el gran problema querido amigo. Dejas de lado las marcas blancas que te llevan al recuerdo de malos tragos. Intentas no gastarte más dinero del necesario en una ginebra pero también caes en la tentación. Es que esa etiqueta y esa forma tan chula tiene que estar en el mueble de tu salón. 

Porque sí, a partir de los treinta es imprescindible que una casa que se precie tenga un mueble bar. Es inapelable. Ha llegado la época del confort y eso de salir a tomar copas fuera cada día se vuelve más cansado. Llegas a casa, te preparas una copa de tu mezcla favorita y a disfrutarlo con calma. El placer se vuelve más pausado pero más frecuente. 

Eso sí, no tendrá nada que ver con los años que esperan después. Una vez pasados los treinta, tu paladar sentirá un ligero adormecimiento. Distinguirá perfectamente la calidad de los alcoholes pero eso no impide que tu cerebro diga ‘No te pongas tiquismiquis, que un día es un día’ y entonces volverás a combinar bebidas raras. Mezclas azucaradas de las que te arrepentirás al día siguiente. Entonces todo se volverán promesas. 

La gran promesa. Esa que nos hemos hecho todos alguna vez en la vida y bueno, quien dice vida dice una vez al mes. Esa de ‘no vuelvo a beber nunca más’. Lo sentimos querido amigo pero sabemos que no es verdad y que volverás por estos derroteros. Pero no te preocupes, que estaremos aquí para echarte una mano y que quizá, nos invites a una copa. 

Salud

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¿SE PUEDE MEDIR LA FELICIDAD?

Hay dos modos, uno es de la ONU


El método más admitido en los círculos socioeconómicos es el Índice de Desarrollo Humano de la ONU, basado en las ideas de Amartya Sen (Nobel de Economía en 1998). Aparte del PIB, tiene en cuenta el índice de alfabetización y la esperanza de vida.
Otro sistema más “psicológico” y que atiende menos a la riqueza económica es el Índice del Planeta Feliz, de la británica New Economics Foundation (NEF).

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La bandera del planeta Tierra

Earth Flag

Esto no es para nada algo oficial, sino simplemente el proyecto de fin de curso de Oskar Pernefeldt, del Colegio de Diseño Beckmans de Estocolmo (Suecia): La bandera internacional del planeta Tierra.
Planet Earth Flag
Los diseños son sin duda resultones con cierta simbología interesante: el azul del fondo simboliza el universo, con la Tierra simbolizada por los círculos, la forma la de las flores de la naturaleza que nos rodea, los anillos –al estilo olímpico– la unión entre todos los elementos de la Tierra.
La Bandera de la Tierra 2
Supongo que también se podría ver en los siete círculos los siete continentes (sí: todo depende de cómo los cuentes) o en el azul el agua como elemento fundamental para la vida en el planeta.
Muchos se quedarìan con este diseño respecto al que se venía usando hasta ahora en la exploración espacial de la galaxia:
Marvin and Duffy

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16 may 2015

Contradicciones que hay en la Biblia (infográfico)

DIOS o las sagradas escrituras TAMBIÉN INCURRE EN CONTRADICCIONES LÓGICAS Y NARRATIVAS, O AL MENOS SUS PROFETAS EN LOS DIFERENTES LIBROS SAGRADOS DE LA TRADICIÓN BÍBLICA. 

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Las interpretaciones demasiado literales de los libros sagrados suelen dar lugar a fundamentalismos al tratar como verdad legal lo que en algún momento fue conocimiento sapiencial. El Corán de los musulmanes, si se le toma como fuente del derecho, conduce a la imposición de leyes civiles basadas en preceptos morales aceptados en otros siglos, pero que derogan el poder divino en el siempre falible arbitrio humano. Pero la Biblia católica también admite importantes revisiones.
Buscando demostrarle a su católica familia las contradicciones presentes en el libro más sagrado del catolicismo, el programador Daniel G. Taylor creó un sitio que despliega las referencias cruzadas y contradictorias (lógica, teológica o narrativamente) entre diferentes libros del Antiguo y Nuevo Testamento.
Su sitio BibViz (en inglés) te permite navegar entre los puntos de desencuentro entre los diferentes profetas y redactores de la Biblia. A través de preguntas simples (“¿Dios puede contradecirse? ¿Puede tentar al ser humano? ¿Bajo qué circunstancias Dios admite el asesinato?”), el sitio va desplegando los momentos en que el sagrado texto ofrece interpretaciones contrarias de una misma idea.
Lo mejor es dejarse llevar por la curiosidad y navegar un buen rato encontrando a Dios (¿o al Diablo?) en los pequeños detalles y errores. Puedes revisar más contradicciones bíblicas en español aquí.

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14 may 2015

Manipulación fotográfica y anatomía

Koen Hauser es un artista holandés cuya especialidad es la manipulación digital de fotografías. Combinando lo natural con lo artificial, logra un efecto sorprendente y original. Dentro de sus obras, encontramos la colección “Modische Atlas der Anatomie“, donde se produce la fusión de personas con maquetas de anatomía dando lugar a estas peculiares fotografías:
Fotografía Anatomía
Fotografía Anatomía Arte
Fotografía Anatomía Arte
Ver más fotografías en:


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