El temor a un atentado terrorista obliga a suspender el Rally Dakar
• Al Qaeda pretendía cometer atentados contra los participantes franceses a su paso por Mauritania
• "Los motivos de Estado no se discuten y no se explican", asegura el organizador de la carrera
"No sé si es el final del Rally Dakar como carrera, pero sospecho que ya nunca más volveremos a África". El francés David Frétigne (Yamaha), uno de los veteranos del Dakar, tuvo ayer la sensación de que la suspensión anunciada ayer, en un repleto auditorio de Lisboa, por Etienne Lavigne, director general de ASO (Amaury Sport Organization), organizadora de la prueba, era el final de una etapa. Nadie en la caravana de 2.500 personas y 550 equipos que formaban el Dakar 2008 era consciente a su llegada a la capital portuguesa que la prueba corría un peligro tan serio. Pero el deporte fue derrotado por un mensaje de Al Qaeda recibido por las autoridades mauritanas en el que la red de Osama bin Laden amenazaba con matar a los franceses que circularan por ese país.
Lavigne inició su anuncio frente a cientos de expedicionarios con dos frases lapidarias: "Bienvenidos al Dakar 2008, que no va a celebrarse". Tras su discurso, hubo quien aplaudió y quien no. Nadie entendía nada, ni siquiera cuando la organización francesa, apoyada y asesorada por Bernard Kouchner, ministro de Exteriores francés, explicó que todo se debía a un problema de seguridad en las etapas de Mauritania, ecuador del rally y donde debían disputarse nada menos que 8 de las 15 cronometradas de la mítica carrera, que por primera vez en 30 años no se disputará.
LANZAMISILES
Para justificar la decisión, Lavigne se mostró contundente: "El Gobierno francés invocó razones de Estado para no hacer el rally. Los motivos de Estado no se discuten y no se explican". No obstante, el organizador agregó que el Gobierno francés "tiene comunicados procedentes de Al Qaeda que amenazan al Dakar".
Por la tarde, fuentes antiterroristas informaron a France Presse de que la decisión fue adoptada después de un mensaje de Al Qaeda al Gobierno mauritano en que amenazaba con atacar a los franceses que estén en ese país. Esas fuentes vincularon esas amenazas con el asesinato, el 24 de diciembre, de cuatro turistas franceses en ese país. Cuatro días después los extremistas asesinaron a tres soldados mauritanos en la frontera con el Sáhara Occidental.
Además, los servicios secretos franceses alertaron a mitad del mes de diciembre de la interceptación de mensajes entre extremistas en que se hablaba de proyectos de atentados en las zonas por donde debía pasar el Dakar, especificando incluso la posibilidad de usar lanzamisiles.
PRECEDENTE PELIGROSO
La amenaza de Al Qaeda ha surtido efecto. Jamás un anuncio tan breve había tenido semejante repercusión y, por supuesto, causado tanto daño y caos en un continente donde el rally deja enormes beneficios. "Que se anule una prueba como el Dakar por un motivo extradeportivo es un golpe muy duro para el deporte en general y, además, es sentar un peligroso precedente", comentó Carlos Sainz (Volkswagen), bicampeón del mundo de rallys y favorito al triunfo final en esta edición.
"Los organizadores han elegido la seguridad y saludo su valor", declaró Kouchner. "Sé que tomar una decisión así no era fácil, sé que desplegaron mucha energía para organizar esta carrera. Sé que hay cuestiones econó-
micas, pero la prudencia recomendaba tener muy en cuenta los riesgos", añadió el ministro francés. "Han sido lo bastante prudentes como para suspender la carrera", añadió Kouchner.
GARANTÍAS INSUFICIENTES
La muerte de los turistas y soldados, más la amenaza de Al Qaeda, han hecho que ni el Gobierno francés ni la organización se arriesguen a pisar Mauritania, pese a que el Gobierno del país prometió a Lavigne que dedicaría 2.000 soldados más a proteger el rally para garantizar la seguridad.
Parte de los participantes, cuyo perjuicio económico es incalculable ("qué les cuento yo a mis patrocinadores cuando, sin rally, ya he invertido todo su dinero sin poder devolverles nada en imagen", explicaba el portugués Rubén Faria), no entendían del todo las explicaciones de Lavigne.
Tampoco la apoyó Abderrahmane Habid, primer consejero de la embajada de Mauritania en París. "Creemos que habíamos ofrecido suficientes garantías de que todo estaría bajo control". El ministro mauritano de Turismo, Ba Madine, criticó la anulación. "La mejor manera de enfrentarse a una amenaza terrorista es hacerle frente y eso es lo que Mauritania había hecho", dijo.
"El Gobierno francés --relataba un entristecido Nani Roma, piloto del equipo Mitsubishi-Repsol-- decidió pasarle la pelota a la organización y esta consideró que corríamos peligro. Pero yo sigo pensando que es más fácil morir en la autopista que en el Dakar".
• "Los motivos de Estado no se discuten y no se explican", asegura el organizador de la carrera
"No sé si es el final del Rally Dakar como carrera, pero sospecho que ya nunca más volveremos a África". El francés David Frétigne (Yamaha), uno de los veteranos del Dakar, tuvo ayer la sensación de que la suspensión anunciada ayer, en un repleto auditorio de Lisboa, por Etienne Lavigne, director general de ASO (Amaury Sport Organization), organizadora de la prueba, era el final de una etapa. Nadie en la caravana de 2.500 personas y 550 equipos que formaban el Dakar 2008 era consciente a su llegada a la capital portuguesa que la prueba corría un peligro tan serio. Pero el deporte fue derrotado por un mensaje de Al Qaeda recibido por las autoridades mauritanas en el que la red de Osama bin Laden amenazaba con matar a los franceses que circularan por ese país.
Lavigne inició su anuncio frente a cientos de expedicionarios con dos frases lapidarias: "Bienvenidos al Dakar 2008, que no va a celebrarse". Tras su discurso, hubo quien aplaudió y quien no. Nadie entendía nada, ni siquiera cuando la organización francesa, apoyada y asesorada por Bernard Kouchner, ministro de Exteriores francés, explicó que todo se debía a un problema de seguridad en las etapas de Mauritania, ecuador del rally y donde debían disputarse nada menos que 8 de las 15 cronometradas de la mítica carrera, que por primera vez en 30 años no se disputará.
LANZAMISILES
Para justificar la decisión, Lavigne se mostró contundente: "El Gobierno francés invocó razones de Estado para no hacer el rally. Los motivos de Estado no se discuten y no se explican". No obstante, el organizador agregó que el Gobierno francés "tiene comunicados procedentes de Al Qaeda que amenazan al Dakar".
Por la tarde, fuentes antiterroristas informaron a France Presse de que la decisión fue adoptada después de un mensaje de Al Qaeda al Gobierno mauritano en que amenazaba con atacar a los franceses que estén en ese país. Esas fuentes vincularon esas amenazas con el asesinato, el 24 de diciembre, de cuatro turistas franceses en ese país. Cuatro días después los extremistas asesinaron a tres soldados mauritanos en la frontera con el Sáhara Occidental.
Además, los servicios secretos franceses alertaron a mitad del mes de diciembre de la interceptación de mensajes entre extremistas en que se hablaba de proyectos de atentados en las zonas por donde debía pasar el Dakar, especificando incluso la posibilidad de usar lanzamisiles.
PRECEDENTE PELIGROSO
La amenaza de Al Qaeda ha surtido efecto. Jamás un anuncio tan breve había tenido semejante repercusión y, por supuesto, causado tanto daño y caos en un continente donde el rally deja enormes beneficios. "Que se anule una prueba como el Dakar por un motivo extradeportivo es un golpe muy duro para el deporte en general y, además, es sentar un peligroso precedente", comentó Carlos Sainz (Volkswagen), bicampeón del mundo de rallys y favorito al triunfo final en esta edición.
"Los organizadores han elegido la seguridad y saludo su valor", declaró Kouchner. "Sé que tomar una decisión así no era fácil, sé que desplegaron mucha energía para organizar esta carrera. Sé que hay cuestiones econó-
micas, pero la prudencia recomendaba tener muy en cuenta los riesgos", añadió el ministro francés. "Han sido lo bastante prudentes como para suspender la carrera", añadió Kouchner.
GARANTÍAS INSUFICIENTES
La muerte de los turistas y soldados, más la amenaza de Al Qaeda, han hecho que ni el Gobierno francés ni la organización se arriesguen a pisar Mauritania, pese a que el Gobierno del país prometió a Lavigne que dedicaría 2.000 soldados más a proteger el rally para garantizar la seguridad.
Parte de los participantes, cuyo perjuicio económico es incalculable ("qué les cuento yo a mis patrocinadores cuando, sin rally, ya he invertido todo su dinero sin poder devolverles nada en imagen", explicaba el portugués Rubén Faria), no entendían del todo las explicaciones de Lavigne.
Tampoco la apoyó Abderrahmane Habid, primer consejero de la embajada de Mauritania en París. "Creemos que habíamos ofrecido suficientes garantías de que todo estaría bajo control". El ministro mauritano de Turismo, Ba Madine, criticó la anulación. "La mejor manera de enfrentarse a una amenaza terrorista es hacerle frente y eso es lo que Mauritania había hecho", dijo.
"El Gobierno francés --relataba un entristecido Nani Roma, piloto del equipo Mitsubishi-Repsol-- decidió pasarle la pelota a la organización y esta consideró que corríamos peligro. Pero yo sigo pensando que es más fácil morir en la autopista que en el Dakar".
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