La admiración es el sentimiento opuesto a la envidia, a través de él reconocemos la superioridad -del tipo que sea- de la persona admirada. A pesar de que la admiración es una emoción benéfica (más abajo veremos porqué) no está al alcance de cualquiera. Para admirar a alguien es necesario ubicarnos a nosotros mismos más o menos y de una forma realistica en una supuesta pirámide de valor y lo que mayormente se opone a ese autoreconocimiento es precisamente el narcisismo.
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