Lejos de esa falsa seguridad de que la vida tiene un propósito, somos el centro del universo y por tanto se tienen que cumplir todas mis aspiraciones, incluso las más estúpidas, este entrevistado desenmascara la realidad y presenta una filosofía vital racionalista, realista y por consiguiente totalmente alejada de esa errónea visión mágica que contamina el pensamiento humano desde sus más arcanos inicios.
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