"Una creencia no es simplemente una idea que la mente posee, es una idea que posee a la mente." Robert Oxton Bolt, (1924–1995)
En la psicología actual, la corriente más influyente es la Psicología Cognitiva, la cual establece que el comportamiento humano está determinado por lo que la persona SABE o mejor dicho, lo que la persona CREE SABER, es decir el comportamiento humano está determinado principalmente por las CREENCIAS.
Una CREENCIA es la concepción de “algo” que no necesariamente tiene bases lógicas o empíricas, pero que el individuo que la posee la considera verdadera y no siente la necesidad de someterla a prueba. La creencia es dar por cierto algo que no está comprobado o que el entendimiento no es suficiente para comprenderlo.
Dadas las limitaciones intelectuales propias del ser humano es natural que todos tengamos creencias, pero dentro de estas, las creencias religiosas son particularmente sorprendentes, ya que la historia de todos los tiempos y todas las culturas nos cuenta del enorme poder que las creencias religiosas han ejercido y ejercen en el comportamiento ambivalente de los creyentes en dioses, ya que dichos comportamientos se mueven desde lo ridículo y sanguinario hasta lo sublime y humanitario, como por ejemplo las sangrientas Guerras Santas, Cruzadas, Santa Inquisición, y crueles sacrificios humanos y por el otro lado alcanzan la sublimación en el arte, como la escultura, pintura y majestuosas construcciones de templos, pirámides y también obras de beneficiencia colectiva, etc.
A pesar de la propensión natural del ser humano a tener creencias es fascinante observar que para la gran mayoría de las personas, esto es para los creyentes en dioses, resulta una necesidad fundamental en sus vidas el tener creencias de dioses, demonios, paraísos, etc. y estas creencias en seres y lugares imaginarios tienen una relevancia primordial en su comportamiento y relación con los demás.
Las creencias se forman sobre la base de un RITO y ese rito se establece exclusivamente sobre bases anecdóticas, es decir sobre la base de tomar como cierto lo que otros dicen o que han escrito. Por esa razón CREER es IGNORAR y ante la incapacidad de poder saber, entonces la creencia se encarga de explicar lo que se ignora. La creencia es una manera de llenar el vacío cognitivo llamado ignorancia, por eso Amos Bronson Alcott dice que “la enfermedad de la ignorancia es ignorar su propia ignorancia”.
Dentro del grupo de creyentes religiosos es impresionante el poder que ejercen las creencias, particularmente en las personas con pensamientos rígidos y dogmáticos, ya que se aferran a sus creencias como si fueran un asunto de vida o muerte y son incapaces de poner sus creencias en la mesa del debate lógico, lo cual por cierto los llevaría simplemente al absurdo, porque consideran que sus creencias son la VERDAD ABSOLUTA y obviamente estos creyentes con pensamiento rígido y dogmático solo “ven” el lado sublime de sus creencias.
En la Red de Internet existen innumerables personas que ilusamente tratan de convencer a los creyentes en dioses de lo absurdo de su creencia, pero es evidente la imposibilidad de cambio de los creyentes con respecto a su dios, divinidad o trascendente, porque la creencia de su existencia es fundamental en sus vidas y la convierten en una idea fuertemente arraigada, al grado de que son incapaces de cuestionarla, es decir la creencia la convierten en una CONVICCIÓN. y más dramáticamente en un CREER que se SABE.
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