Qué se sabe del Club Bilderberg
Se dice que es una de las organizaciones secretas que dirigen el planeta, que sus miembros son hacedores de reyes y que nadie llega a puestos relevantes sin haber sido antes miembro de este foro informal que reúne anualmente a lo más granado de la política y del mundo académico y empresarial.
El foro del club Bilderberg se desarrolla siempre en hoteles, a puerta cerrada. Sus actividades se financian con aportes de decenas de mecenas, entre ellos Bill Gates, George Soros y otros millonarios, y de grandes empresas, como ABB, Electrolux y Unilever.
La primera reunión tuvo lugar en 1954, en Holanda, en el hotel Bilderberg, promovido por el emigrante judío polaco y consejero político Jozef Retinger. Su objetivo declarado era favorecer el diálogo entre líderes políticos, empresarios, académicos y representantes de los medios de Europa y Estados Unidos.
Hay un porcentaje de miembros fijos, aproximadamente el 30%, que pertenecen a su comisión ejecutiva y el resto varía cada año. A las reuniones acuden además entre 100 y 150 personalidades invitadas, cuyos nombres se determinan en función de los asuntos a tratar. Los invitados no pueden llevar acompañantes ni vehículo propio.
Qué asuntos abordan
Principalmente temas de actualidad internacional, economía y tendencias de opinión. La organización dice que las reuniones se han convertido en un “foro para el debate”, pero aunque publica un orden del día, los enunciados no dan pistas. En su oficina de prensa son tan escuetos como en cualquier servicio secreto. Tampoco se dan a conocer sus conclusiones.
Qué no se sabe
El misterio que rodea sus cónclaves anuales es el mejor caldo de cultivo para todo tipo de teorías, incluidas por supuesto las conspiratorias. Étienne Davignon, presidente del club, asegura que su opacidad propicia que los participantes no estén sujetos a las convenciones de sus cargos o condicionados por posiciones ya acordadas. No faltan quienes afirman que el cónclave es la Biblia de organismos como la ONU, la OTAN, el FMI, el BCEo la Comsión Europea.
Para sus críticos, es un club en el que los líderes de los grandes bancos, las grandes multinacionales, comisarios de la Unión Europea y políticos de las principales potencias se reúnen para perpetuar el capitalismo a través de pactos secretos.
Se le atribuyen por ejemplo la creación del euro, el modelo de transición en España, la reunificación alemana y hasta la actual crisis económica como parte de un plan destinado a justificar la creación de un gobierno mundial.
Olvídense del Priorato de Sión, los Iluminati, reptilianos y otros cuentos para asustar a niños. El Club de Roma, el CFR, la Comisión Trilateral o el Instituto Tavistock, todos esos meetings al más alto nivel, nunca fueron un conciliábulo de venerables ancianos ataviados con túnicas que recitan salmodias. En la realidad se trata de financieros y CEOs de grandes corporaciones, muchos de ellos anónimos, que visten trajes caros y se citan en despachos y salas de reuniones aún más caras.
Brevísima historia del Club Bilderberg
El Club Bilderberg se llama así por el nombre del hotel neerlandés que escogieron en 1954 siguiendo la iniciativa de Bernardo de Holanda y David Rockefeller. Desde el principio, el núcleo del club lo han formado políticos, financieros y grandes corporaciones. Pese a que el Club siempre ha pretendido como leitmotiv buscar un mayor entendimiento entre Norteamérica y Europa tras la II Guerra Mundial y en pos de objetivos comunes, los intereses de la élite son otros, según expertos en estructuras cerradas supranacionales como el analista y escritor Daniel Estulin. Estamos refiriéndonos a una verdadera casta formada siempre por élites blancas de Europa y Norteamérica y cuyo objeto, heredado de ancestrales círculos de poder, es mantener los privilegios que vieron peligrar tras el proceso de descolonización. Pese a que hace años el Club abrió un gabinete de prensa, en sus reuniones no existe un acuerdo final ni se emiten declaraciones políticas y todo lo que allí se habla continúa siendo confidencial en grado sumo. Obviamente, el control de la población humana es demasiado complejo, ambicioso y, por naturaleza, ha de permanecer bajo el más absoluto secreto. Ellos deciden cuándo y cómo aumentará el precio del petróleo, donde debe estallar una revuelta política o el devenir de una nueva moneda. Su fin es, según Estulin, la Empresa Mundial SA: poderes fácticos, económicos y financieros, con un poder mayor que cualquier gobierno en el planeta.
La agenda de este año prevé un análisis de la recuperación económica tras la crisis, la justificación de la privacidad, el impacto de la tecnología sobre el empleo, el porvenir de Europa, la nueva arquitectura de Medio Oriente, la situación de China y Ucrania y el "futuro de la democracia y el dilema de la clase media".
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