Desde el mismo momento del nacimiento, las féminas demuestran sus mejores aptitudes para la vida frente a los varones. El estudio ha sido desarrollado por la Universidad de Granada (España).
¿Las mujeres son el sexo débil?Esta vetusta teoría ha quedado oficialmente desmontada por la ciencia. Y es que un equipo de investigadores de la Universidad de Granada (España) en colaboración con el Hospital Clínico San Cecilio de Granada, ha demostrado que existe una asociación entre el género de un bebé recién nacido y su capacidad para hacer frente a los procesos inflamatorios y el estrés oxidativo tras el parto; unas premisas que condicionarían la aptitud del bebé de cara a enfrentarse a futuras/posibles patologías postnatales.
Las niñas recién nacidas tienen una mayor defensa antioxidante y un menor daño oxidativo en las membranas celulares en comparación con los varones, esto es, las niñas responden mucho mejor al estrés que los niños.
Además, las madres que dan a luz niñas en vez de niños, poseen también una mayor defensa antioxidante de su organismo, menor daño en las principales biomoléculas y un proceso inflamatorio mucho menos acusadodurante el parto que aquellas madres que dan luz a niños, evidenciando que el parto es menos agresivo para la madre si se trata de una niña.
En su estudio, los investigadores contaron con la participación de 56 mujeres sanas embarazadas: 27 de ellas dieron a luz niños y 29 de ellas, niñas. Tras el parto, extrajeron muestras de sangre de la vena y arteria del cordón umbilical y del neonato, con objeto de analizar el estrés oxidativo y la señalización inflamatoria.
Los resultados demostraron que las niñas poseen unos sistemas enzimáticos más maduros en el momento del nacimiento que los niños, reduciendo el daño a las células y mejorando su metabolismo celular.
El trabajo, el primero que examina el estrés inducido tanto en madres como en neonatos en la etapa perinatal, revela así que tanto las niñas recién nacidas como sus madres poseen mejor resistencia y mejores cualidades que los niños -y sus madres- para enfrentarse al increíble evento que supone dar a luz. Se produce así una clarísima relación entre el género del recién nacido, la señalización inflamatoria y el proceso oxidativo.
“Por tanto,el género del bebé recién nacido no solo influye en cómo la madre afronta el proceso de alumbramiento, sino que condiciona la forma en la que los neonatos se enfrentan al entorno hiperóxico que constituye el ambiente extrauterino, mostrándose el sexo del neonato como un factor condicionante en relación a múltiples alteraciones funcionales con importante repercusión para la madre durante el postparto y para el recién nacido durante el resto de su vida”, afirman los autores.
El estudio ha sido publicado en la revista Pediatric Research de Nature.
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