Determinar cuál de los hábitos que tenemos es adquirido y cuál es innato no es fácil. Por ejemplo, un niño no necesita desarrollar gusto por la leche, el agua o los caramelos, ya que automáticamente lo recibe como algo placentero. Podríamos preguntarnos, ¿es innata la forma que tenemos de hacer parejas o es una costumbre adquirida? ¿son innatas nuestras costumbres sexuales?
Las expresiones del amor han ido cambiando a lo largo de la historia. Durante muchos años la mayor parte de los matrimonios se acordaban entre familias por razones prácticas, aunque también ha habido algunos casos de romanticismo. Sucede que el amor romántico no tenía aceptación social y fue así hasta el siglo XII. En aquel momento, las relaciones románticas se daban entre un hombre soltero y una mujer casada.
Y no sólo han cambiado las relaciones matrimoniales, sino también los gustos sexuales. No los tenemos programados, como pudiera parecer, sino que han ido cambiando a lo largo de la historia. Todos conocemos las bellezas de Rubens: hoy diríamos que eran gordas. Por otro lado, la fotografía central de la revista Playboy también ha cambiado: al principio eran modelos voluptuosas y hoy día son totalmente diferentes. También en este aspecto cabe destacar que está influido por la la cultura y la experiencia que son adquiridos, no innatos.
Hoy día tenemos perfumes y aromas sintéticos para enmascarar nuestros olores personales, pero en la Inglaterra isabelina las parejas de enamorados sentían tal atracción por sus olores corporales respectivos que era habitual que una mujer llevara una manzana pelada bajo la axila hasta que ésta se hubiera impregnado de su sudor y su aroma. Entonces hacía entrega de esta manzana del amor a su amante, que la olía en su presencia.
Se dice que al finalizar Napoleón Bonaparte una campaña envió un mensaje a su mujer Josefina antes de llegar: “No te laves que llego”.
Todavía hoy día hay situaciones extrañas para nosotros. La orina de vaca es empleada por los masai de África Oriental como loción para el cabello. Cabe destacar la importancia que tiene la vaca en esa cultura.
La pornografía también parece algo puramente instintivo, pero si eso fuera así siempre sería la misma. Hace 30 años el porno consistía en mostrar de forma explícita el acto sexual entre una pareja mostrando sus genitales. Entonces se decía que era “porno duro”. Y realmente lo era hace unas décadas, pero hoy día diríamos que es “porno blando”.
Así que hemos de pensarlo dos veces antes de afirmar que algún hábito que tengamos lo hagamos porque es innato o sea adquirido.
Norman Doidge, El cerebro se cambia a sí mismo.
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