USAR CIERTA ROPA TIENE EFECTOS COGNITIVOS ESPECÍFICOS, LO CUAL SUGIERE QUE LA ROPA ES PLACEBO Y QUE PODEMOS PROGRAMARNOS O DESPROGRAMARNOS TOMANDO CONCIENCIA DE ESTOS EFECTOS
Además de canalizar la energía del Sol o del viento para el beneficio del planeta, también el ser humano debería de canalizar el poder del placebo o el poder que tiene la mente para modificar el cuerpo y la experiencia de realidad. En la época reciente se han apilado numerosos ejemplos en distintos rubros sobre la acción del placebo, el efecto de autosanación y modificación cognitiva que ocurre a través de la sugestión o la creencia; quizás no le damos la suficiente importancia a este tema, que podría liberarnos del yugo farmacéutico.
Un nuevo estudio realizado por investigadores de la Universidad de Columbia muestra que en el caso de los hombres, vestir de traje (terno) modifica sus patrones de pensamiento. Voluntarios obtuvieron mejores resultados en aspectos de procesamiento abstracto de información en pruebas psicométricas al usar trajes como los que usarían en una entrevista de trabajo. Los investigadores señalan que este efecto no se presenta sólo por la diferencia o el contraste con las vestimentas cotidianas sino que, “ya que la ropa formal se siente formal”, este efecto debe de repetirse. Los investigadores creen que en parte el efecto se produce por el estereotipo asociado a vestir formalmente, lo que llaman “power dressing”, es decir, la ropa hace que la persona se sienta poderosa –porque participa en una constelación de signos condicionantes– y esto crea un efecto placebo.
Anteriormente se ha observado que cuando sujetos utilizan una bata blanca que creen pertenece a un doctor se vuelven más atentos e interesados a lo que las demás personas dicen –un efecto que no se repite cuando usan una prenda que creen que pertenece a un pintor. Al parecer, la relación simbólica entre la ropa y la profesión o el tipo de persona que usa esa ropa y las características estereotípicas de las mismas son ya parte de nuestro inconsciente colectivo.
Tener conocimiento de esto puede ser un arma para afrontar ciertas situaciones en la vida cotidiana –y también una estrategia de marketing de la industria de la moda. Al mismo tiempo, aumentar la conciencia del efecto placebo también es una forma de desactivar y dejar de padecer placebos inconscientes. Por ejemplo, uno podría sentirse igualmente poderoso vistiendo con pants y camiseta, a sabiendas de que al fin de cuentas la ropa es sólo una convención social que afecta nuestra mente. Aunque puede existir un efecto psicofísico en la ropa, en el color y en la textura, gran parte del efecto es una cuestión simbólica adquirida: no es tanto que la ropa nos haga sentir de tal o cual forma sino que nos sentimos así porque proyectamos significados a la ropa, que es esencialmente un lienzo. Cuando uno descubre la programación colectiva inconsciente que opera cotidianamente, uno puede jugar a programarse individualmente y trascender el mundo de etiquetas invisibles por el que se guía las mayoría de las personas.
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