Si bien nuestro Universo es algo inimaginablemente inmenso, sorprendente y desconocido, y si bien perfectamente muchos podrán decir que la Tierra no es más que un pequeño e insignificante punto en él, que su función en el todo es desestimable, para nosotros, habitantes de este planeta, es crucial comprender su origen y desarrollo.
Por ello, investigar sobre el orígen de nuestro planeta e intentar descifrar el proceso de formación de la Tierra, resulta descomunalmente fascinante. Quiero proponerte un breve repaso de los conceptos e ideas generales que intentan contestar esta interrogante.
La formación de la Tierra en el Sistema Solar
En primer lugar, hay que ser bien en claros respecto a la imposibilidad de explicar algo como la formación de la Tierra únicamente mediante el uso de nuestra imaginación. Es decir, todos podemos inventar las más diversas historias fantásticas para explicar algo como ésto, pero lo cierto es que no podemos explicar la formación de la Tierra desde un punto de vista filosófico o metafísico, sí desde un punto de vista científico, recurriendo a la teorización desde pruebas, lógica y claro, realidad.
Ahora bien, para explicar cómo se formó la Tierra, es necesario situarnos hace más de 4.500 millones de años en el tiempo, en un momento en el que el Sistema Solar estaba en formación. Obviamente, no podemos disociar la Tierra del Sol y el resto de planetas del sistema, pues su origen está estrechamente relacionado con éstos, tal como sus movimientos en el día de hoy.
Hace unos 4.600 millones de años, el Sistema Solar estaba en formación y era una nebulosa de polvo y gases que se había condensado en una parte de la Vía Láctea. Parte de esta masa se convirtió en una esfera incandescente, el Sol, y otras masas se formaron a su alrededor, comenzando a orbitar alrededor de él: los planetas. Entre ellos, por supuesto, encontramos la Tierra.
El origen de la Tierra
En su origen, la Tierra era simplemente una masa incandescente como el Sol, pero con el correr del tiempo su exterior se fue solidificando poco a poco, hasta dar lugar a la corteza terrestre tal como la conocemos hoy: el suelo sobre el que estás parado. En el proceso de formación de la Tierra, los volcanes jugaron un papel central, y con sus erupciones hacían que las masas de lava aumentaran el espesor de la corteza, al tiempo que generaban muchísimos gases.
Estos gases se depositaron alrededor de la corteza terrestre y dieron forma a lo que se conoce como Atmósfera I. Esta atmósfera dista mucho de ser la que conocemos hoy, pero junto a los impactos de meteoritos que llegaron desde el espacio exterior permitieron la formación de agua en estado líquido. Con el paso del tiempo, evolucionó hasta conformar la atmósfera actual. Esta permitió la formación de vida, y aún hoy nos protege de impactos de meteoritos, los vientos solares y nos permite conservar la temperatura y características climáticas de nuestro planeta.
Si quieres profundizar un poco más en la cuestión, no dejes de ver este interesantísimo documental sobre cómo se formó la Tierra:
Vìdeo
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