“Niños-problema de matices siempre nuevos eran descubiertos entre los pobres, conforme los asistentes sociales iban aprendiendo a marcar a sus papás y a tipificar las necesidades de los mismos. Se empleó el sustantivo necesidad como forraje para alimentar y engordar a las profesiones y conferirlas el supremo dominio. La pobreza fue modernizada. El pobre pasó a ser el necesitado. Durante la segunda mitad de mí vida, ser necesitado se volvió algo respetable. Las necesidades computables e imputables le hacían a uno ascender por la escala social. Tener necesidades dejó de ser un signo de pobreza”
…
“Sólo sí comprendemos de qué forma la dependencia de medios institucionalizados ha legitimado necesidades, las ha acuñado con urgencia y las ha exasperado, al mismo tiempo que destruía nuestra capacidad de arreglárnoslas por nuestra propia cuenta, podrá ser evitada una nueva era oscurantista, una era en la que una autoindulgencia masturbadora podría ser la más segura declaración de independencia. Sólo si la intensidad mercantil de nuestra cultura es denunciada sistemáticamente como la fuente de nuestras frustraciones más profundas, se pondrá coto a la actual perversión de la investigación, la preocupación ecológica y la misma lucha de clases. En el presente estas actividades están principalmente al servicio de una mayor esclavitud del pueblo respecto de las instituciones”.
(Extracto de“Profesiones inahabilitantes”, de Ivan Illich)
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