En un futuro no muy lejano, de la temperatura hasta el pijama, todo será regulado porsensores en busca del descanso perfecto
Dormir es el nuevo sexo. Todo el mundo lo quiere, pero para mucha gente es un lujo que sólo pueden alcanzar con la ayuda de la incipiente tecnología que empieza a intervenir en nuestros patrones de sueño. En un futuro no tan lejano, digamos 2030, desde la temperatura hasta el pijama, todo será regulado por sensores en busca del descanso perfecto: profundo, largo, reparador y sin pesadillas, y con sueños que se podrán escoger utilizando una base de datos.
Controlar los sueños
Si está dispuesto mientras duerme a someter a su cerebro a una corriente eléctrica de baja frecuencia (40 hercios serían suficientes), los científicos le auguran “sueños lúcidos y vívidos” en los que podrá intervenir. La técnica que se está experimentando en Alemania podría ser útil para los que sufren pesadillas o trastorno por estrés postraumático, porque podrían cambiar el escenario de su mal sueño por otro mucho más placentero.
Descanso perfecto
Colchones que se conectarán a Internet para cambiar su rigidez o termostatos que ajustan la temperatura según cada ciclo del sueño. Habitaciones con filtros de luz precisos y almohadas diseñadas para optimizar la experiencia. En 2030, según el futurólogo Ian Person – contratado en 2011 por la compañía hotelera Travelodge para estudiar el futuro del sueño–, será posible llegar a un hotel, meter todas sus variables (temperatura ideal, colchón, almohada e iluminación preferidos) y disfrutar de un descanso perfecto aunque esté con seis husos horarios de ‘jet lag’.
Modificados
Cuando se hizo el mapa del genoma humano se descubrieron varios genes del sueño que regulan los ritmos circadianos. Ahora se ha descubierto otro gen, el DEC2, que al ser manipulado podría reducir la cantidad de tiempo que necesitamos dormir. Los militares parecen ser las primeras cobayas de estos ensayos que podrían convertirles en “supersoldados biológicos” capaces de cumplir sus misiones sin sufrir las consecuencias de la falta de sueño, como la desorientación o la lentitud de reflejos.
Pijamas inteligentes
Se sabe que el sueño tiene funciones restauradoras relacionadas con la memoria y el envejecimiento. Monitoreando los patrones de sueño será posible optimizar esas funciones, o incluso diagnosticar enfermedades mientras uno duerme. Se conseguirá gracias a la tecnología ‘wearable’ incorporada en el pijama, capaz de medir el pulso cardiaco, la presión sanguínea o la conductividad de la piel, para cruzar todos esos datos y poner a su médico sobre la pista de su salud presente y futura.
La fantasía de hibernar como hacen otras especies para conservar energías y reponer fuerzas siempre ha rondado a los humanos. Ahora, después de varias décadas de investigación, la NASA se dispone a inducir una prolongada hibernación a los astronautas que algún día viajarán a Marte. Mientras llega ese momento, la técnica, que consiste en provocar una hipotermia terapéutica, podría aplicarse de manera inmediata en la suspensión temporal de algunos procesos fisiológicos para ayudar a las víctimas de atentados, accidentes u otros eventos traumáticos. Se trata de hibernar hasta que el cuerpo cure sus heridas físicas y luego despertar a una vida mejor. Sin trauma.
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