Uno de los argumentos más utilizados, aunque manifiestamente erróneos, por parte de todos los creyentes es el del "respeto". Ante cualquier crítica y cuando el piadoso queda sin argumentos, algo que siempre ocurre más temprano que tarde, los supersticiosos queman su último cartucho: "respeta mis creencias" como forma de dar por finalizada y ganar la discusión.
Sin embargo, y dejando de lado de que en una democracia no puede haber nada a salvo del escrutinio, de la crítica (sobre todo como refleja la imagen de la izquierda) y si me apuran de la mofa, este es quizás el argumento más erróneamente manifiesto de todos los que llevan usando los acólitos en cualquier dios desde tiempos inmemoriales.
Y esto es así porque las opiniones hay que respetarlas únicamente porque son subjetivas. Así por ejemplo nadie tiene nada que objetar si una persona comenta que le gusta el color rojo o el verde, la pizza o la paella o es seguidor del Real Madrid o de Boca Juniors. Ahora bien, en cuestiones objetivas, es decir aquellas que pueden ser probadas o refutadas no hay y nunca puede haber "respeto" o consideración ningunos, ya que en ese caso sólo hay verdad o falsedad puesto que existen datos científicos que apoyan una u otra opción.
Un ejemplo de esto sería el que alguien afirmara tajantemente que los burros vuelan. Ante este despropósito intelectual cualquiera podría argumentar que eso es imposible, puesto que la fisiología de los pollinos, junto con las leyes de la gravedad y la aerodinámica les incapacitan para volar, salvo que lo hagan en un avión de carga. Es decir, ante esta afirmación tan disparatada como errónea nadie está en la obligación de mostrar respeto, sino que cualquiera puede criticarla e incluso mofarse de una persona tan irracionalmente estúpida que ante las pruebas en contra sigue aferrada a su "creencia" asnal, nunca mejor dicho.
Pues eso mismo ocurre cuando, a estas alturas del siglo XXI, el respectivo creyente de turno presenta como "prueba racional" de la existencia de un dios nada más y nada menos que el argumento del Primer Motor de Tomás de Aquino, tal y como ha ocurrido recientemente en mi canal de Youtube. Como le he contestado al pobre cristiano que parece ser que desconoce la Wikipedia, desde el siglo XIII (fecha del susodicho tratado teológico de este padre de la iglesia) el conocimiento ha avanzado indescriptiblemente, dejando esta tan simple y errónea argumentación (como no podía ser de otra manera, puesto que los católicos nunca se han caracterizado por mucha altura intelectual) en el descrédito más absoluto.
Es más, en estos dos últimos siglos la impresionante diversidad de estudios realizados en los más diversos campos del conocimiento: historia, psicología, neurociencia, antropología, psiquiatría e incluso economía han explicado desde diversos prismas y hasta la saciedad como ha surgido, se ha desarrollado y se mantiene el complejo y fascinante (por supuesto sólo desde el punto de vista científico) mundo de la religión.
Y ya para terminar recalco que el consejo que le he dado al creyente es aplicable a todos los religiosos que todavía siguen aferrados a los mitos de algunos de nuestros ancestros más ignorantes: por favor que estudien algo de ciencia posterior al siglo XV y así dejarán de escribir en foros y webs esas estupideces medievales, ya que es bueno recordar que en Internet quedan para la posteridad como prueba de la manifiesta ignorancia y profunda estupidez de esos siempre tan particularmente alucinados miembros de los diversos rebaños religiosos.
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario