Una de las causas que produce más daños cutáneos es, sin duda, el estrés, puesto que genera un desequilibrio corporal que acelera el proceso de envejecimiento cutáneo, ya que disminuye el riego sanguíneo. Al recibir menos nutrientes las células de la piel, llamadas queratinocitos, dejan de participar en los mecanismos naturales de defensa, debilitando el sistema inmunológico. A la hora de interpretar los signos nunca debemos tener en cuenta el aspecto del rostro de una persona que tenga sueño, esté enfadada o se sienta deprimida, acabe de hacer el amor o esté en estado de embriaguez. En todos estos casos, el color y el aspecto general del rostro puede verse alterado. Otro aspecto a tener en cuenta es si la persona ha sufrido algún tipo de cirugía plástica o lleva maquillaje que altere la coloración normal. Finalmente, la edad es un dato importante a tener en cuenta, porque, con los años, el rostro sufre modificaciones significativas.
¿Qué ves bajo la nariz?
Surco horizontal profundo en la base de la nariz: muestra propensión a las alergias, y también una disminución del deseo sexual.
Surco ventral profundo en el mentón: sufrimiento, frustración o deseo sexual reprimido.
Arruga ventral profunda al lado de la boca: debilidad del sistema reproductor.
Punta de la nariz roja: padecimiento cardíaco.
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¿Qué indican tus labios?
Manchas blancas: parásitos intestinales.
Manchas azuladas: mala circulación y estreñimiento.
Manchas oscuras: problemas de colon.
Labios con puntos de café: indigestión crónica o lombrices intestinales.
Pálidos: anemia o problemas circulatorios.
Pálidos-rosados: problemas hormona les o mal funcionamiento del sistema linfático.
Oscuros: mala circulación sanguínea o desequilibrio ligado a algún órgano interno.
De color rojo subido: predisposición al riesgo de infección, a los problemas respiratorios y a la hipertensión.
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Labios temblorosos: miedo o ansiedad.
Labios con ampollas o herpes: depresión o celos.
Labio inferior hinchado: sobrecarga del hígado, tendencia a la obesidad y desorden mental. En algunos casos puede ser síntoma de estreñimiento, meteorismo o fermentaciones intestinales.
Arrugas verticales sobre el labio superior: tabaquismo o falta de actividad sexual. Las arrugas verticales sobre el labio superior también pueden ser señal de un problema en el aparato respiratorio.
Arrugas verticales en el labio inferior: indican desequilibrios energéticos en los riñones o disfunciones del aparato sexual (frigidez, menopausia, problemas en los ovarios, dismenorrea, etc.).
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Tus OJOS hablan por ti
Bolsas debajo de los ojos: problemas renales (retención de agua). Si aparecen por la mañana al levantarse, es signo de que se han cometido excesos la noche anterior.
Párpados hinchados: mal funcionamiento del bazo o existencia de cálculos en la vesícula.
Párpados ásperos, rugosos: lento funcionamiento del aparato digestivo en general.
Párpados rojos: presión alta y defectos en el sistema circulatorio y hormonal.
Párpados pálidos: problemas circulatorios o anemia.
Párpados amarillentos-rosáceos: indican un problema de hígado, riñones o corazón.
Anillo amarillo alrededor del iris: colesterol elevado.
Ojos grisáceos: si el blanco de los ojos tiene una tona lidad grisácea, es posible que exista algún problema en los riñones y que la persona se sienta falta de energía y vitalidad.
Ojos enrojecidos: los órganos internos están trabajando mal o el sistema nervioso está bajo estrés. Cuando el enrojecimiento afecta al ángulo externo del ojo, denota problemas circulatorios; si el enrojecimiento se localiza en el ángulo interno, puede indicar que el intestino delgado no funciona bien. Los ojos que se enrojecen con facilidad pueden evidenciar también trastornos de bilis.
Ojos prominentes: disfunción de la tiroides.
Esclerótica amarillenta: alteraciones hepáticas o de páncreas, problemas digestivos.
Patas de gallo: mala vista e hígado débil.
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Cómo son tus uñas?
Con estrías horizontales: mala nutrición o falta de minerales.
Con estrías longitudinales: mala absorción de los nutrientes.
Con formas cóncavas: debilidad cardiaca y respiratoria.
Con formas de pico de loro: tos crónica.
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Con profundos surcos transversos: fiebre crónica o larga enfermedad.
Con protuberancias al final: infección crónica del pulmón.
Con puntos blancos: posible deficiencia de calcio, cinc o vitamina A.
Uñas débiles y frágiles: desequilibrio mineral y, más concretamente, carencia de calcio.
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