La guitarra aérea homeopática

¿Que puede enseñar el mundo del rock con respecto al eterno debate entre la medicina científica y las pseudomedicinas?

Como gran aficionado a la música rock siempre disfruto de un buen solo de guitarra eléctrica. Para mí son inolvidables esos momentos en donde el guitarrista toma las riendas de la canción y despliega todo su virtuosismo arrancando al instrumento eléctrico una increíble variedad de sonidos capaces de erizar el vello al más duro y austero rockero. Por ejemplo,  Don Felder y Joe Walsh tocando “Hotel California” o Jimmy Page interpretando “Starway to Heaven” con su célebre Gibson EDS-1275 en lo que sólo podría considerarse como un éxtasis infernal, puesto que no olvidemos que para el cristianismo la música rock está directamente inspirada por el mismísimo Diablo.

Pues bien, dentro del mundo del rock surgió hace ya mucho tiempo un fenómeno llamado guitarra aérea, que no es más que la imitación por parte de cualquier aficionado de los movimientos y gestos que realiza el guitarrista rockero durante uno de esos magistrales solos de guitarra eléctrica. ¿Qué aficionado no ha dejado volar su fantasía y en algún momento no ha acompañado la audición de algún clásico de rock con esa imitación del toque de guitarra, pero sin nada entre las manos, imaginando estar subido en un escenario interpretando el increible solo de guitarra de Mark Knopfler en la mítica canción “Sultans of Swing”?

Entre los aficionados al rock es tan popular este comportamiento que hasta existen concursos de guitarra aérea en diversas lugares del mundo, en donde virtuosos de la imitación hacen las delicias de un público entregado, como en este video del “Campeonato Mundial de Guitarra Aérea” que se celebra todos los años en la pequeña ciudad finlandesa de Oulu. Por cierto, el leitmotiv de todos estos concursos es que si todo el mundo se dedicara a tocar la guitarra aérea, desaparecerían las guerras y el resto de enfrentamientos entre humanos. ¡Utopía rockera en acción!

Entonces, se puede trazar un claro paralelismo entre medicina y rock. Así la medicina científica sería como una canción de rock en donde las vacunas, los antibióticos o los tratamientos de vanguardia serían el equivalente al sólo de guitarra de la estrella del rock. Y en donde por contrapartida, los “remedios” de las pseudomedicinas: las pastillas de azúcar homeopáticas, la canalización energética del reiki y el resto de supercherías pseudomédicas serían equivalentes a esos solos de guitarra aérea del mundo del rock, todo envoltorio, mucha pasión, una pizca de magia y para el profano algo casi indistinguible del original, salvo con la única pero determinante diferencia de que falta lo más importante, la guitarra eléctrica, sin la cual todo queda en una simple farsa, divertida y hasta emotiva en el caso del rock pero tramposamente estafadora, cuando no peligrosamente criminal, en el caso de las pseudomedicinas.

Por cierto, la guitarra aérea homeopática existe de verdad y es una canción sin sonido audible alguno que por un módico precio adquirible dice poder remediar cualquier tipo de enfermedad, algunas de ellas todavía incurables para la siempre lenta y limitada medicina científica.

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