Cuando el arte se combina con la ciencia nacen obras imposibles, como la del artista Jonty Hurwitz. Ha creado la escultura más pequeña del mundo. Es mucho más pequeña que un pelo humano y que el ojo de una aguja. Mide 80 x 100 x 20 micras. Para verla hay que usar un microscopio electrónico. “¿Cómo puede uno saber que la escultura realmente existe?
La línea que separa el mito y la ciencia es fina”, reflexiona.
Para hacer la nanoescultura el artista ha usado una técnica llamada litografía multifotón. Utiliza como material un polímero sensible a la luz ultravioleta, que solidifica cuando es irradiado formando un conglomerado. Los dentistas por ejemplo, usan un material con estas propiedades para empastar muelas.
Iluminando volúmenes minúsculos de este material el artista ha ido montando la escultura. Las imágenes de la mujer que se han tomado como modelo y el control del ensamblaje de las piezas se han hecho con ayuda de un complejo sistema informático.
No es la única nanoescultura que ha hecho el artista:
Nanoesculturas de Jonty Hurwitz
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