La filosofía no solo está viva, sino que forma parte de la ciencia. Cualquier proyecto de investigación consta de tres partes: 1. ¿Qué se sabe y qué experiencias existen sobre el tema? Preguntas que tienen base filosófica existencialista: ¿de dónde venimos? ¿qué sabemos de
nosotros? 2. Planteamiento de experimentos y observación, esta parte está basada en metodología puramente científica. 3. Resultados y conclusiones, aquí vuelven a unirse ciencia y filosofía. Si bien los resultados se corresponden con la valoración de los experimentos, las conclusiones están influidas por factores que relacionan los planteamientos iniciales (filosóficos) con los resultados (científicos) e introducen un factor nuevo: hacia dónde y cómo seguir. No concibo la vida sin la cooperación de ambas; aunque a veces tanto a filósofos como a científicos les cueste admitirlo, seguramente de una forma inconsciente lo aplican.
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