Venimos a este mundo sin haberlo pedido y más aún, nacemos con un inevitable destino determinado por un lado, por un grupo de naipes que a cada persona nos tocó en suerte y por el otro lado, el conjunto de circunstancias que nos rodean.
Solo nos corresponde encontrarle sentido y provecho a dichas cartas para aprender a reducir el dolor que nos deparan las vicisitudes del juego, tratando de sacarle el mayor provecho a esa partida única, irrepetible y sin reglas a la que llamamos VIDA.
Entre las cartas que nos tocó en suerte, está una singular, atractiva e irresistible carta llamada SUPERVIVENCIA, la cual nos obliga a jugar y permanecer en el juego durante todo el tiempo que disponemos, otras cartas que el azar gentilmente nos obsequia son la CURIOSIDAD, la INTELIGENCIA y el VALOR con las cuales nos la arreglaremos, pero no para ganar o perder, sino solo para entretener el tiempo y adaptarnos al juego.
La gran mayoría de las personas de este planeta, son creyentes en dioses debido que sus cartas de curiosidad, inteligencia y valor son insuficientes para afrontar la vida y les resulta aterrador e insoportable el nacimiento de la primogénita, creando sus propios dioses imaginarios y superpoderosos que los cuidarán y protegerán mentalmente, evitando la terrible angustia que les produce la Muerte.
La vida es una hermafrodita que se autofecunda y se preña con su propio arte de descubrir (heurística) y parir (mayéutica) dolorosas verdades, razón por la cual los creyentes necesitan ineludiblemente de dioses protectores. En el vientre de la vida, inevitablemente se gesta su única hija a la que le hemos puesto por nombre Muerte y cuando nazca la primogénita, su madre será arrojada a la nada, dando por terminada la partida.
VIAJERO
Viajero que viajas al destino final.
Viajero que viajas a ningún lugar.
En cada descanso se acorta la meta.
En cada parada la ansiedad aumenta.
Viajero que viajas en la mar de la vida.
Viajero que viajas solo y a la deriva.
Te lanzaron al mundo sin vela y timón.
Siguiendo, la luz confusa de la emoción.
Viajero que viajas con boleto solo de ida.
Viajero que viajas sin recordar la partida.
La emoción bendita nubló tu conciencia.
Y la razón maldita brillo por su ausencia.
Viajero que viajas encadenado a la mentira.
Viajero que viajas creyendo en otra “vida.”
Quedaste anclado en el coma inducido.
Que ya ni te acuerdas de haber vivido.
Viajero que viajas para sobrevivir.
Viajero que viajas te toco morir.
No tienes tiempo de ver para atrás.
Solo sigues el camino connatural.
Viajero que arribas al final del viaje.
Viajero cobarde, te faltó coraje.
Te sobró pobreza al pagar el peaje.
Y te olvidaste, disfrutar del paisaje.
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