Ando leyendo un libro de Ouspensky que me ha parecido muy interesante a pesar de que muchos puedan pensar que Ouspensky es un místico y no un científico digno de mencionar en un blog como éste. Pero los que así piensan se equivocan puesto que la psicología no es exactamente una ciencia, más que eso;: el viraje que llevó a cabo la psicología allá por principios del siglo XX, no hizo más que ensombrecer y ocultar una serie de conocimientos empíricos que han sido lanzados por la borda.
Una psicología despojada de la metafísica, la filosofía o el mito se convierte en una medicina de baja resolución. En este sentido la psicología actual es un mal remedo de la medicina.
En realidad la psicología es un campo de conocimiento muy antiguo, tan antiguo como el mito que señala, denuncia y evoca los grandes dilemas del hombre, así como propone una solución. La tragedia y el arte señalan hacia ese tipo de conflictos al tiempo que proponen una catarsis, para que los humanos no sigan las mismas trazas que los héroes recorren a tientas. Hay en la tragedia y en el mito una intención preventiva de salud mental colectiva por así decir.
Pero hay varias maneras de entender la psicología: una forma es la del estudio de cómo somos, cómo deberíamos ser o qué aparentamos ser. Otra manera de definirla sería ¿cómo seremos o podríamos ser en el futuro” a lo que se refiere el titulo de este libro de Ouspensky: “Psicologia de la posible evolución del hombre”. Y por último una definición de máximos sería ésta: la psicologia es el estudio de sí mismo.
Estoy completamente de acuerdo con esta definición: la psicología no puede estudiarse como la astronomía o la microbiología, con microscopios o telescopios, puesto que el objeto de su estudio es el hombre, lo interno del hombre y no un fenómeno que se halla más allá de uno mismo. El objeto es el hombre -el sí mismo- y el sujeto que lo estudia es también el sí mismo. De modo que aquí nace su mayor dificultad: ¿puede un hombre estudiarse a sí mismo?.
Unos si pueden y otros no pueden.
Para estudiarse a sí mismo hacen falta algunas condiciones que no reune todo el mundo, la principal de ellas es la motivación para hacerlo, una especie de pulsión hacia la verdad o de pulsión epistemofílica en el sentido de Bion, no hacia cualquier tipo de verdad o una verdad abstracta sino hacia la verdad de uno mismo. Simplemente hay quien tiene esta motivación y quien no la tiene. La segunda condición para intentar averiguar algo de sí mismo es la honestidad intelectual. Ciertamente el conocimiento de sí mismo está lleno de trampas y autoengaños y la honestidad por sí misma no garantiza buenos resultados, es necesaria pero no suficiente, es por eso que ha de cumplirse una ulterior condición: para ese tránsito, proyecto o proceso personal hace falta un guía, un maestro, un terapeuta si lo queremos decir en el lenguaje actual, en suma un testigo que haya recorrido por sí mismo parte del trayecto.
Mente y conciencia.-
Todos tenemos una mente y todos sabemos que los demás tienen mente, es por eso que sabemos que decimos que tenemos una teoría de la mente. Pero las mentes varían en sus contenidos, cada uno de nosotros tenemos un gusto, una creencia, una experiencia, unos recuerdos distintos en cada caso, pero todos somos portadores de una mente. Lo que nos distingue a unos de otros es el nivel de conciencia que hemos alcanzado en nuestro nivel de desarrollo, pues todas las conciencias no son iguales.
El nivel de conciencia es gradual, desde el coma hasta lo niveles más altos de conciencia. Ouspensky describe cuatro niveles básicos de conciencia:
- El sueño.
- El estado de vigilia que es un soñar despierto.
- La conciencia de sí y que nos inclina a conocer la verdad sobre nosotros mismos.
- La conciencia objetiva, a través de la cual conocemos realidad tal y como es.
La mayor parte de la humanidad -según Ouspensky- vive solo en los dos primeros. Pero lo curioso es que para él el sueño y el estado de vigilia son muy parecidos: ambos están presididos por la mecanicidad y es por eso que propone que lo primera para conocerse uno mismo supone conocer el mecanismo de esa máquina.
En ellos somos capaces de vivenciar emociones, pensamientos, sexo, motilidad y sensaciones corporales, si bien en cada uno de estos estados -sueño y vigilia- la definición de cada uno de ellos es más nítida que en otra, por ejemplo somos capaces de pensar mejor en estado de vigilia que soñando pero en el sueño podemos asociar mejor contenidos que en la vigilia, sobre todo recuerdos del pasado y anticipaciones del futuro. Sin embargo de cara a entender la evolución de nuestra conciencia, la idea de Ouspensky es que el estado de vigilia es en realidad un sueño del que debemos despertar si pretendemos ascender en esa capacidad de comprensión de uno mismo. Un concepto similar al insght psicoanalítico o al Eureka griego.
Pocos hombres alcanzan la conciencia de sí y solo una pequeña minoría alcanzan la conciencia objetiva.
Más arriba me he referido a la verdad sobre uno mismo, a qué me refería concretamente. ¿Qué es la verdad sobre uno mismo?
Para alcanzar la verdad sobre uno mismo es necesario saber -como dije más arriba el funcionamiento de esa máquina que produce estados casi continuamente de automatismos que confundimos con nuestro Ser. En realidad la mayor parte de la gente se identifica tanto con estos automatismos que ya cree conocerse a sí mismo lo suficiente. Esta especie de ignorancia activa es el mayor obstáculo para un ascenso progresivo del nivel de conciencia.
Se trata de personas que si bien aparentan saber algo en realidad ignoran lo más importante: es necesario saber que todo lo que sabemos es falso antes de emprender ese camino de búsqueda interior que recomiendan todas las filosofías perennes.
Aprender a dudar hace más ancho el camino. Y se trata de un camino que no puede recorrerse sin dolor, desapego y humildad.
Una vez que comencemos a dudar sobre nuestra verdadera mentira interior, seremos capaces de comenzar el camino de búsqueda y ese camino ha de iniciarse aprendiendo a distinguir entre esencia y personalidad. Algo que aprenderemos en el proximo post
Continuarà
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