Primero construyeron un hotel de 30 plantas en 15 días, y como la ingeniería del asunto parece estar dominada, ahora planean levantar el rascacielos más alto del mundo en menos de tres meses.
Para superar el reto el plan consiste en erigir una gigantesca torre de 200 plantas en 90 días, lo cual equivale a crear un millón de metros cuadrados de espacio útil, todo ello interconectado por 104 ascensores para que la gente suba y baje. El coste del mega-proyecto podría rondar los 600 millones de dólares, aun así menos de la mitad que la construcción del Burj Khalifa de Dubai –actualmente el más alto del mundo– o la cuarta parte que la Torre Shanghái, la segunda más alta.
Respecto a la altura en sí, que en este tipo de cosas es lo que finalmente cuenta, la idea es que alcance los 838 metros, justo diez metros más que el Burj Khalifa.
Al parecer la técnica de diseño y construcción de estos rascacielos que han depurado los chinos de la empresa BSB incluye una eficiencia energética tremenda: consumen una quinta parte que un edificio convencional en calefacción y aire acondicionado, gracias a un revestimiento cuádruple en las paredes externas. En cuanto tengan luz verde se pondrán en marcha, probablemente en enero de 2013.
(Vía Boing Boing.)
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