

Pues bien, este más que increíble relato es creído por los niños más pequeños, pero cuando los chavales llegan a unos 8-9 años de edad alcanzan un nivel de desarrollo intelectual en el que comprenden las evidentes fallas conceptuales de un mito que contradice las leyes físicas sobre el espacio y el tiempo. Y es por ello que, tal y como mostró un estudio publicado hace algunos años por investigadores californianos, muchos de estos niños terminan por razonar sin ningún tipo de ayuda externa que, a pesar de lo que puedan decir padres, amiguitos, compañeros de colegio y familiares varios, Papa Noel no puede ser más que una disparatada invención de sus mayores. Es la puesta de largo del pensamiento crítico y el escepticismo humanos, momento que debería ser celebrado adecuadamente en la familia con una fiesta por todo lo alto que rindiera homenaje al más que evidente logro intelectual del pequeño, hito cognitivo que le capacita como un verdadero sapiens.
Sin embargo la creencia en el otro mito navideño: un híbrido resultante del ayuntamiento ¿carnal? entre una virgen judía y una entidad extraterrestre multiforme que de manera inexplicable es a la vez también el propio híbrido, un ser todopoderoso nacido en la Judea romana capaz de las mayores proezas tales como devolver la vista a ciegos,
multiplicar panes ypeces y convertir agua en vino, curar a leprosos, hacer correr a los paralíticos, despeñar a piaras de gorrinos por acantilados con el sólo poder de su mente, desafiar a la ley de la gravedad caminando sobre las aguas y hasta resucitar a muertos que llevaban cuatro días pudriéndose en su tumba, increíbles eventos todos ellos que violan de la manera más flagrante todas y cada una de las leyes de la Física, la Química, la Biología y la Medicina actualmente conocidas por la Ciencia realizados por el mismo ser omnímodo que es capaz además de escuchar constante e instantáneamente desde hace dos milenios las ansias y los deseos de más de mil millones de seres humanos, satisfaciendo de vez en cuando las necesidades más exigentes de algunos de los más piadosos miembros de su rebaño, y que además se transforma todos los domingos y fiestas de guardar en carne y sangre humanas a partir de una simple galleta tras un ritual digno de las novelas de Harry Potter, sigue siendo “cierta” para individuos de todas las edades en un sorprendente bloqueo de esa misma capacidad de raciocinio que los humanos desarrollamos antes de cumplir nuestra primera década de vida, pero que a la vista de los datos gran parte de la Humanidad nunca acaba de desarrollar adecuadamente. ¡Misterios insondables del más terrible adoctrinamiento mental!

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