El gobierno australiano ha decidido apoyar la entrada de los seniors en la red mediante una inyección de unos siete millones y medio de euros a lo largo de tres años destinados fundamentalmente a la creación de cibercafés adecuados a sus necesidades y en los que se imparta la adecuada formación y resolución de problemas. Una inversión que no sé si incide en los aspectos más adecuados del uso habitual o esperado del segmento, pero que sí marca un interés por el desarrollo del segmento: la red supone un encaje muy bueno para personas a partir de cierta edad interesadas en mantener el cerebro activo, desarrollar o mantener sus intereses, o simplemente comunicarse. Mi experiencia con mi padre, con setenta añitos recién cumplidos, no puede ser mejor:desde que se jubiló, mantiene un uso muy activo de la red: lee noticias, se mensajea con amigos, mantiene su carterita de acciones y sus cuentas bancarias, y llama mediante Skype. En su setenta cumpleaños, hace pocos meses, recibió como regalos un monitor más grande y un netbook, y en ninguno de los casos fui yo directamente el origen de la decisión. Cuidando determinados aspectos de usabilidad y cultura de uso, un ordenador conectado a la red puede convertirse en un muy buen complemento en la vida del jubilado. ¿Qué experiencias, buenas o malas, tenéis en ese sentido?
fuente: Enrique Dans
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