Desde hace dos días vivo sin televisor. Tengo la pantalla en el salón pero me he sumado al movimiento que en EE.UU. llaman “cord cutters”, familias o individuos que cancelan su servicio de televisión por cable y pasan a ver únicamente contenido a través de la red. En este país hay emisión de TDT terrestre, pero son apenas unos pocos canales y prácticamente nadie la ve. Sólo un 15% de la población accede a esta señal y los edificios no están preparados (no hay antenas colectivas, etc...). EE.UU. es el imperio del cable.
Hasta qué punto el fenómeno de los “cord cutters” es significativo es algo que aún se debate intensamente. La mayoría de las operadoras de cable de EEUU asegura que el tiempo que se pasa delante de la tele está aumentando pero creo que es bastante evidente, incluso para ellas, que la forma de consumir televisión está cambiando y que el salón ya no es el centro de entretenimiento de la casa.
La tele está cambiando incluso como dispositivo. Cada vez con más frecuencia se convierte en un monitor para mostrar contenido de otros dispositivos, bien sea el PC, la consola, la tableta o el móvil. La mayoría de los fabricantes de televisores tienen modelos preparados también para conectarse a Internet y mostrar en la pantalla contenido específico de la red, desde Facebook a vídeos de Youtube.
Una buena prueba es que en Japón Toshiba está a punto de lanzar un televisor equipado con una batería. Puede utilizarse conectada a la corriente, por supuesto, pero tiene también una batería extraíble con capacidad para unas cuatro o cinco horas de funcionamiento. Toshiba la presentó el año pasado como un modelo pensado para países en desarrollo donde la corriente eléctrica puede sufrir cortes intermitentes pero han decidido lanzarla en Japón con una idea de consumo diferente. Dado que la pantalla ha dejado de ser familiar para convertirse en personal es posible que los usuarios quieran llevarla de un lado a otro de la casa o que en verano quieran ponerla en una segunda residencia.
El modelo tiene 19 pulgadas de tamaño y es HD Ready. El precio, sin embargo, ronda los 500 euros lo que lleva a una buena pregunta: ¿puede competir un dispositivo como este con una tableta o un PC? Son 19 pulgadas frente a las 10 de una tableta o las 13 de un PC pero cuando puedes acercar o alejar la pantalla todo lo que quieras las dimensiones dejan de tener tanta importancia.
Ángel jiménez
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