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La máquina está inspirada en las características de las criaturas marítimas con capacidad para camuflarse, como los pulpos o los calamares, según sus autores. El robot tiene una forma similar a estas especies, con un cuerpo suave y flexible.
La máquina está fabricada con polímeros de silicio y sus movimientos se producen gracias a un chorro de aire comprimido procedente de pequeños cilindros situados en sus cuatro patas.
Ahora, los científicos están añadiendo nuevas características con el fin de hacerlo más complejo, dándole la capacidad de camuflarse por sí mismo, por ejemplo. Y es que el proceso de mímesis con el ambiente se produce a través de un centro de control desde el que los investigadores dirigen sus movimientos y le suministran diferentes colores, que llegan a la máquina a través de una red de delgados canales. Pese a ello, cambia de apariencia muy rapidamente.
El equipo valora además los diversos usos que puede tener. El autor líder del estudio, Stephen Morin asemeja estas máquinas a los órganos y tejidos, lo que permitiría aplicarlo en un futuro a la medicina. "Si obtienes un sistema que puede simular el movimiento muscular y que puede transportar fluidos, combinándolos ambos puedes fabricar dispositivos que puedan servir para aplicaciones quirúrgicas", explica Morin en declaraciones a la BBC.
El robot incluso puede adoptar un color totalmente distinto al del terreno o iluminarse, para poder detectarlo con más facilidad.
Para el profesor Whitesides, la mejor característica de los robots "es que son muy diferentes a los autómatas convencionales. Consiguen un movimiento más complejo con un sistema más simple".
Según el profesor, incluso puede ser útil para operaciones de búsquedas y rescates por su capacidad para moverse y adaptarse a diversos terrenos y por su bajo precio.
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