150 pulgadas son 3,8 metros de diagonal, algo que probablemente ni siquiera tenga cabida en la mayor parte de las casas. El precio de esta bestia dicen que estará en torno a los 600.000 dólares (unos 450.000 euros) así que puede que cueste más que la vivienda en que se aloje – el dilema será elegir si comprarte un par de apartamentos o una tele grande, vamos.
Lo mejor del asunto es que aplicando las leyes exponenciales de la tecnología, si cada 18 meses el precio baja a la mitad para cuando vivamos todos en el Castillo del Jubilado tendremos unas vistas digitales realmente estupendas.
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