Evoluciòn del Hombre |
Según la autora principal del estudio Jessica Tracy, de la Universidad de la Columbia Británica: "las personas quieren ver en la ciencia algo que aporte un mayor significado a sus vidas, y el diseño inteligente logra eso mientras que la evolución no. Eso podría explicar el por qué del intenso apoyo que encuentra esta creencia".
Según la autora, a pesar de que el diseño inteligente no cuenta supuestamente con matices religiosos ni afirma la existencia de la vida después de la muerte, la idea de que existe un creador que guía la vida es suficiente para ayudar a aliviar el miedo a la muerte.
"La razón por la que tenemos religiones es porque aportan confort y el diseño inteligente hace algo muy similar. El objetivo de la ciencia tradicional no es dar confort, su única razón es la de ayudar a comprender".
El diseño inteligente es la idea de que algunas partes del universo y de los seres vivos se explican mejor mediante la presencia de una causa inteligente, y no de un proceso indirecto tal como la selección natural y la evolución.
Es similar a la idea del creacionismo, la idea de que Dios creó la Tierra y todos sus habitantes, aunque no menciona qué es esa "causa inteligente", tampoco hace referencia a la vida después de la muerte, y no expone explícitamente una ideología religiosa.
A pesar de que sus defensores la enmarcan a menudo como una teoría científicamente válida, no se basa en la ciencia.
En 2010, una encuesta realizada en Estados Unidos indicó que el 40% de los consultados creían literalmente en el creacionismo bíblico. Un 38% de los norteamericanos creía que los humanos eran "guiados inteligentemente" por un creador, mientras que solo el 16% aceptaba la evolución.
En el estudio liderado por Tracy, se hizo pensar a los más de 1.600 participantes en la muerte, y tras ello, se les hacía leer pasajes de textos escritos por el defensor del diseño inteligente Michael Behe, o bien del biólogo evolutivo Richard Dawkins.
Después, se les hacía una serie de preguntas acerca de sus sentimientos sobre el diseño inteligente, la religión, la evolución, y los autores de los pasajes leídos, anotando su grado de aceptación con cada una de las teorías.
Algunos de los participantes leyeron también unos párrafos de Carl Sagan sobre el naturalismo, la creencia de que incluso sin un creador, la vida humana merece la pena y tiene significado.
En general los investigadores descubrieron que cuando se enfrentaba a los participantes con la idea de la muerte, parecía existir un ligero sesgo, pequeño pero estadísticamente significativo, a valorar más positivamente el diseño inteligente (o lo que es lo mismo, a valorar de peor forma a la evolución).
Los investigadores descubrieron también que este efecto se podía revertir si después de leer los pasajes sobre diseño inteligente o evolución, se les hacía leer el texto de Carl Sagan. Incluso para aquellas personas que mostraron una aceptación más fuerte por el diseño inteligente en las lecturas anteriores, el efecto se desvanecía después de leer el texto de Carl Sagan.
El único grupo que no mostró este "efecto corrector" fue el de los estudiantes de ciencias naturales, que respondían a los pensamientos sobre la muerte incrementando su apoyo a la teoría de la evolución.
"Lo que sostiene explícitamente el diseño inteligente es que la vida tiene un propósito... que estamos aquí por alguna razón y que hay un gran intención para todo esto", comenta Tracy. "Esta es una idea increíblemente distinta a la evolución".
Si la gente teme el vacío de un mundo basado en la idea de la evolución, tal vez sea importante acentuar la opción naturalista cuando se habla sobre ella.
Tracy cree que: "enseñar a la gente que la ciencia, o una visión naturalista, puede estar llena de significado, podría ayudar a que las personas se interesaran por la única teoría que de hecho tiene validez científica (la evolución), incluso aunque se encontrasen en estado de ansiedad existencial".
El estudio se publicó en la revista PLOS ONE.
Fuente: Livescience.
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario