MTV acaba de cumplir tres décadas en el aire. Con más realities y menos música en su programación.
MTV (music television) al principio no fue más que una oportunidad perdida: el canal de TV dedicado en exclusiva a transmitir contenido musical, que bien pudo ser una plataforma ideal para propuestas artísticas de valor, no tardó en convertirse en un espacio racista (el imperio del hip hop tardaría varios años en llegar a la señal), repetitivo (aquellos clips ochenteros que apelaban una y otra vez a las mismas fórmulas) y, en buena cuenta, bastante ridículo (recuérdese, por ejemplo, aquellos raros peinados nuevos de los integrantes de bandas como A Flock of Seagulls o Alphaville). Pero lo cierto es que, para bien o para mal, MTV llegó para quedarse. Y también es cierto que, desde entonces, tres décadas y un día, nada volvió a ser igual en la industria musical.
Hay que decir, sin embargo, que no todo ha sido negativo en estos años. De hecho, mi formación como adicto a la música fue impulsada por MTV (y el canal 27 UHF, su raquítica versión local) durante buena parte de los 80 y 90, cuando, mucho antes de que “We Are Sudamerican Rockers” de Los Prisioneros iniciara las transmisiones de la versión latina de la cadena, solía reunirme con mi gran amigo Alberto Neumann para devorar los cassettes de VHS que él recibía todos los meses desde Estados Unidos con jugosas selecciones de videos extraídos de programas como “120 Minutes”, “Headbanger’s Ball” e incluso “Yo! MTV Raps”.
En Estados Unidos, todo empezó un 1 de agosto de 1981 con “Video Killed The Radio Star”, de los Buggles, una arquetípica ‘one-hit wonder’ ochentera de la que hoy solo se recuerda esa canción (y ese video). Para nosotros, la cosa incluso empezó antes, con el inolvidable “Disco Club” del gran Gerardo Manuel, pero esa ya es otra historia. En estos treinta años, MTV ha tenido más bajas que altas y de hecho en los últimos tiempos ha resignado casi todo el tiempo que le otorgaba a su razón de ser (los videos musicales) para llenar su programación con realities mamarrachentos (el primero de ellos, “The Real World”, es culpable de casi todo lo que vino después para la TV mundial en ese campo, desde las Kardashian hasta ‘La casa de Magaly’), dibujos animados (casi todos memorables, eso sí), aparatosas premiaciones y programitas regionales de nulo interés, como ese esperpento semanal llamado ‘MTV Guik’.
Y, claro, no han faltado los placeres culposos. Ya dije que los dibujos animados son una vieja debilidad para mí (a saber: Ren & Stimpy, los inolvidables Beavis & Butt-head –¡¡¡que pronto estarán de vuelta!!!–, Celebrity Deathmatch, Daria, Aeon Flux…), y por eso celebro que los programadores de la señal latina de MTV se zurren en el horario de protección al menor y repitan hasta tres veces al día las gloriosas incorrecciones de Cartman y los demás palomillas de South Park. Y no es posible dejar de mencionar ese otro espacio consagrado a la futilidad y la estupidez que le endilgó al planeta ‘celebridades’ tan desagradablemente chistosas como Snooki y The Situation: nada en la programación actual de la cadena representa mejor el espíritu contemporáneo de MTV que “Jersey Shore”, el reality dedicado a documentar las broncas, juergas y devaneos filosóficos de un grupo de descendientes italianos en Nueva Jersey que, en realidad, parecen todos llegados de una galaxia muy lejana, un lugar que ningún ser humano con al menos tres neuronas en plena actividad se atrevería a visitar.
En treinta años han tenido altas y bajas, pero al final todo el legado de MTV ha quedado reducido a una media hora semanal (o más) de “Jersey Shore”: el canal de la música se ha rendido ante un puñado de sujetos embrutecidos por el alcohol y los esteroides que no tienen una puta idea de quiénes son Spike Jonze, Chris Cunningham, Michel Gondry, Stéphane Sednaoui y demás genios de la expresión audiovisual que elevaron el clip musical a la categoría de arte.
De cualquier manera, y no importa que repitan cada media hora algún videíto de Justin Bieber o cualquier otro mequetrefe púber, yo no podría vivir sin la MTV. Y lo digo por “South Park”, claro que sí. Pero también, y no me maten por esto, por placeres culposos como “Jersey Shore”. Pero no por los videos musicales: para eso, felizmente, todavía tenemos VH1 y YouTube.
Videos
Los primeros diez minutos de MTV (1 de agosto de 1981)
Y lo que ha ocurrido treinta años después:
Las tendencias de los tiempos actuales han permitido estos cambios o por ser un canal de tv tenia que adactarse, ya sea por estrategia, cambio de imagen o raiting.
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