El control nervioso de los movimientos del lado derecho está localizado en el hemisferio izquierdo del cerebro, y viceversa. La mayor y más precisa utilización de unos músculos determinados conlleva un área cortical más grande, y por eso los zurdos tienen más corteza cerebral derecha relacionada con el movimiento de sus extremidades izquierdas de la que tienen los diestros. Estas diferencias no son apreciables en la anatomía externa y probablemente sólo consisten en más neuronas conectadas por un número mayor de conexiones de mayor potencia.
Había zurdos entre nuestros antepasados homínidos de hace 300.000 años
La presencia de zurdos en todas las poblaciones humanas sugiere la existencia de factores genéticos en el origen de esta característica, aunque la influencia del ambiente es obvia al considerar los posibles zurdos que dejan de serlo por presión social. Se han localizado genes relacionados con el uso preferente de la mano izquierda, pero lo más probable es que la herencia de este trazo sea multigénica y complicada y que no exista un "gen de la zurdera". La herencia (los zurdos tienen más hijos zurdos) y la proporción aparentemente variable en distintas poblaciones sugieren que este trazo está sujeto a presiones evolutivas. En otras palabras, la zurdera se ha mantenido porque proporciona algún beneficio evolutivo.
Una característica positiva asociada a la zurdera parece ser la mayor coordinación motora que estaría relacionada con una mayor cantidad de fibras nerviosas comunicando los dos hemisferios cerebrales. Si este dato es cierto, podría estar relacionado también con mayor fluencia verbal y mayor capacidad para algunos tipos de memoria. Asimismo, hay estudios que indican mayor creatividad en los zurdos, especialmente entre los hombres (hay alrededor de un 20% más de zurdos que de zurdas) y mayor proporción de zurdos entre los superdotados con cocientes de inteligencia superior a 130. Pero quizás la característica más relacionada con el proceso evolutivo sea la ventaja que tendrían los zurdos en la lucha entre individuos. Como demuestran la esgrima o el tenis, en los enfrentamientos uno a uno ser miembro de la minoría de zurdos es beneficioso. En las luchas de nuestros antepasados por el poder, la posible ventaja de los zurdos puede haber supuesto un mayor éxito reproductor.
Pero si la zurdera parece asociarse con algunos de esos beneficios ¿por qué no somos todos zurdos? Probablemente porque ser zurdo también tiene inconvenientes, además de vivir en un mundo diseñado por y para los diestros. Parece haber una proporción superior de zurdos en desórdenes que probablemente derivan de problemas en el desarrollo, como la tartamudez, el autismo, la esquizofrenia y algunos síndromes relacionados con el cierre defectuoso del tubo neural embrionario. Además, parecen tener un tamaño corporal menor, lo que disminuiría su éxito reproductor. Finalmente, parece claro que los zurdos son menos longevos, aunque las causas de esto, así como su influencia sobre el éxito reproductor, no estén claras.
Algunos estudios indican mayor creatividad en quienes usan la mano izquierda
Conviene resaltar que muchos datos sobre las diferencias entre diestros y zurdos están lejos de ser universalmente aceptados. Necesitamos más estudios y conocer mejor las bases neurobiológicas de nuestro comportamiento para poder afirmar rotundamente que zurdos y diestros, aparte de la obvia diferencia, son distintos. Tampoco conviene olvidar que, como ocurre con cualquier característica de un grupo humano, el valor medio para todos no dice nada sobre esa característica en un individuo concreto.
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