Una de las creaciones de Morrel, diseñadora francesa (Frédérique Morrel)
- La diseñadora francesa Frédérique Morrel hace esculturas que cubre con viejas labores domésticas recuperadas de rastrillos y tiendas de segunda mano.
- Busca en cada retal "la destreza creativa y la energía de un ancestro anónimo".
- Su trabajo es una reivindicación de la artesanía frente a la producción industrial.
Todo lo que la abuela de la diseñadora francesa Frédérique Morrel bordó a lo largo de su vida fue desechado cuando la anciana murió. La nieta lamentó con intensidad la pérdida y desde entonces ha intentado redimirse con la eterna búsqueda de viejos tapizados y bordados caseros que ya nadie quiere para "introducirlos en otro ciclo vital".
Con estos retazos de labores caseras del pasado construye esculturas que tapiza en un proceso totalmente manual en su estudio de París.
No son simples collages sin ton ni son, sino que hay una coherencia temática y una búsqueda de la coincidencia de los dibujos con el volumen de las figuras: un ciervo puede estar forrado sólo de motivos eróticos, la figura humana tiene el rostro de un antiguo retrato hecho con aguja e hilo.
Las esculturas bordadas de Frédérique Morrel
"Fuimos desposeidos del acceso natural a la belleza"
Ella y su marido, Aaron Levin, aparecen en su página web retratados con vestimentas estrafalarias y porte aristocrático. Él hace las veces de asistente y portavoz, además de ayudar a su mujer a encontrar entre los objetos inconexos de mercadillos, tiendas de segunda mano y ventas de garaje los bordados necesarios para cada creación.
Perdimos la relación con las habilidades manuales
Cada pieza es única. En su ideario hay una intención de retorno a la artesanía más pura: "Los productos fabricados de manera industrial perdieron la relación con los valores humanos, la ingenuidad y las habilidades de la mano humana. Fuimos desposeidos del acceso natural a la belleza".
Dicen buscar en cada retal "la destreza creativa y la energía de un ancestro anónimo". Con los tapices forran además objetos para la casa como butacas, lámparas o cojines en una respuesta personal a la producción en masa de productos baratos y de baja calidad.
Perdimos la relación con las habilidades manuales
Cada pieza es única. En su ideario hay una intención de retorno a la artesanía más pura: "Los productos fabricados de manera industrial perdieron la relación con los valores humanos, la ingenuidad y las habilidades de la mano humana. Fuimos desposeidos del acceso natural a la belleza".
Dicen buscar en cada retal "la destreza creativa y la energía de un ancestro anónimo". Con los tapices forran además objetos para la casa como butacas, lámparas o cojines en una respuesta personal a la producción en masa de productos baratos y de baja calidad.
20minutos
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